jueves, 25 de abril de 2024

Matutino que rompe los esquemas

¡Buenos días!

La primavera sigue a lo suyo, da igual lo que pensemos o queramos de ella, y hoy se nos planta, en este amanecer a poco de mi desayuno, con gris nubosidad, que tal vez deje caer algunas gotas, poco probables, y no demasiado frío de madrugada (9ºC). La máxima por los madriles llegará hoy, según lo previsto, hasta 1os 19ºC. Por lo demás, vuelvo a encasillarme en otro de mis matutinos como remedio preventivo ante eventuales momentos que durante esta nueva jornada pudieran sacarme de mis casillas, lo que alguna vez que otra, siempre moderadamente, no estaría mal del todo que sucediera como medio para tratar de conseguir que el resto de la gente se descoloque y desprejuicie al respecto de mí. Y viceversa. Sano ejercicio.

Este fin de semana, además de haber estado en el cine también estuve viendo otra película en televisión, en uno de los canales de Movistar+. Se trató de "El club de los cinco" ("The Breakfast Club", 1985), de John Hughes, y con Emilio Estévez, Anthony Michael Hall, Judd Nelson, Molly Ringwald, Ally Sheedy, Paul Gleason y John Kapelos. Fue el tercer largo de los ocho de su director, ya fallecido, y la única suya que vi, varias veces de hecho, siempre por televisión, cada vez que la emitían y estaba al tanto para verla, la última de las cuales, durante las navidades de 2007-2008, quedó registrada escuetamente en estos mismos matutinos, aquí, aun así la volveré a glosar, algo más detalladamente.

Cinco estudiantes de extracción social, educación y gustos diferentes, cinco arquetípicos estereotipos que podríamos catalogar como el musculitos, el cerebrito, el malote, la princesita, y la rarita, que no se conocían de antes, por distintos motivos son castigados a pasar toda una jornada de sábado en la biblioteca de su escuela secundaria, al cargo de un profesor que les encomienda a cada uno la tarea de escribir un ensayo sobre lo que ellos creen que son. Tras unos primeros instantes de no saber que escribir, ni saber que decirse entre sí, pronto surgirán las desavenencias debido a las provocaciones y gamberradas del rebelde, especialmente cada vez que el tutor se ausenta de la sala.

Estupenda película (nota: 8) que ya me enganchó con fuerza la primera vez que la vi en la tele, pocos años después de su estreno en salas, y que casi me gustó más de lo que recordaba, cual si hubiera madurado como los buenos vinos, sin perder vigencia actual, al menos en mi interior, estando además considerada como una de las mejores, si no la mejor, películas de instituto estadounidense. Comedia juvenil en la que los cinco, a fuerza de tener que tratarse, van abriendo sus almas y liberándose de prejuicios sobre el resto, descubriendo que tienen mucho más en común que las etiquetas que les imponen padres y educadores... el efecto Pigmalión, según el cual las expectativas de progenitores y profesores sobre la forma en que se comportarán los alumnos determinan precisamente ese mismo comportamiento, y si cambian las expectativas, cambiará el comportamiento de los chavales... En definitiva, todo un alegato contra los prejuicios y el fácil encasillamiento de los demás, que mucho daño puede llegar a hacer.

Bueno, pues para seguir cumpliendo con lo que se espera de estos matutinos, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena, que no son cinco, que me desayuné una... espero que me aproveche, y que nos aprovechen tanto como las cuatro que ahí os dejo:

 - "La ignorancia está menos lejos de la verdad que el prejuicio".  (Denis Diderot).

 - "No hay nada menos objetivo que un ser humano guiado por sus prejuicios".  (José Luis Martín Descalzo).

 - "Al contrario del esquema habitual me he hecho gradualmente más rebelde a medida que envejezco".  (Bertrand  Russell).

 - "Cuando se conoce a alguien nuevo, existe la oportunidad de volver a empezar, de pretender ser algo que te gustaría ser. O una oportunidad para abrirse, para aprender algo nuevo sobre uno mismo".  (Juho Kuosmanen).

Besos y abrazos,

Don.

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