Este
no va a ser la madre de todos los matutinos, tampoco lo deseo, ni muy largo,
aunque poco importa dada la maternal largueza que les caracteriza, motivo por
el cual me siento tan reconfortado con su mera presencia a mi lado. Y tras el
solsticio de antes de ayer el otoño se alarga en estos primeros días de
invierno de calendario, como en este de hoy, calmado y soleado, con alguna
nube, y con 14ºC de máxima prevista por los madriles.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Una gran mujer (Beanpole)"
("Dylda"), de Kantemir Balagov, y con Viktoria Miroshnichenko y
Vasilisa Perelygina. Es el segundo largo de este director ruso, tras "Demasiado cerca" ("Tesnota", 2017).
Leningrado,
1945, hace pocos meses que terminó la guerra y la ciudad y sus habitantes están
completamente devastados tras el largo asedio de las tropas nazis ya
derrotadas. Una joven larguirucha que trabaja como enfermera en un hospital
militar cuida de su enfermizo niño pequeño que enseguida muere. Al poco regresa
del frente una compañera junto a la que batalló allí tiempo atrás, y su única
amiga, que en realidad es la madre del chavalín fallecido. Ambas lucharán por
sobrevivir en la ciudad en ruinas y tratar de encontrar un sentido a sus vidas.
Como
me sucedió con la anterior de este director, película de bella factura formal,
pero cuya fría y desabrida historia no me llegó del todo (nota: 5), la de un
par de mujeres enajenadas, cada una a su manera, física y anímicamente heridas,
cuando no destrozadas, a consecuencia de los horrores padecidos durante la
guerra, la segunda de las cuales busca con desesperado anhelo el volver a ser
madre para intentar llenar el desolado vacío de sus entrañas. Sórdida en
algunos momentos, como en las dos escenas de sexo, deprimente y gris en otros,
aunque compuesta, muy bien, mediante pictóricas y coloristas imágenes.
Bueno,
ya no quiero alargarlo más, así que paso sin más a la sabiduría ajena, tal vez
simiente que haga engendrar en nuestras entendederas algo de luz a pesar de
cierta oscuridad:
- "Nos esperan largos meses de tinieblas,
de pruebas y tribulaciones... No sólo de grandes peligros, sino de sinsabores y
decepciones está lleno nuestro futuro. La muerte y el dolor serán nuestros
compañeros de viaje. Las privaciones serán nuestro uniforme, y la constancia y
el valor, nuestro escudo". (Winston
Churchill).
- "Si bien es cierto que nuestras
alegrías son cortas, también lo es que la mayoría de nuestros pesares son
largos". (Marqués de Vauvenargues).
- "¿Cuál puede ser una vida que comienza
entre los gritos de las madres que la dan y los lloros del hijo que la
recibe?". (Baltasar Gracián).
Besos
y abrazos,
Don.
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