¡Buenos
días!
Estos
matutinos me liberan sin que tenga que darles nada a cambio, y viceversa, cada
vez que entro por aquí y quedo retenido por mi propia voluntad, como el verano,
que entra y sale a su antojo por entre los días del calendario, sin importarle
en que día se encuentra, a veces ausente, lo que nos refresca, a veces
presente, lo que nos calienta, para bien o para mal. Seguimos de unos
llevaderos 30ºC, o muy cercanamente alrededor de ellos, de máximas previstas,
para hoy y sucesivos días, sin demasiados sobresaltos.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Rehenes"
("Mzevlebi"), de Rezo Gigineishvili, y con Irakli Kvirikadze y Tina
Dalakishvili, entre varios otros más. Es el primer largo que veo de los de este
director georgiano.
Año
1983 en Tiflis, capital de Georgia, y entonces una de las repúblicas de la ex
Unión Soviética. Dos jóvenes de clase acomodada preparan su boda, lo que alegra
a sus familias, aunque en realidad es la tapadera de un plan de huida de la
URSS de un grupo de jóvenes universitarios, todos amigos. Su idea es secuestrar
un avión y desviarlo a Turquía, país fronterizo, para después llegar hasta
Occidente. Poco antes de despegar el avión las cosas empiezan a no salir según
lo previsto, aumenta la tensión y al poco de despegar se produce una masacre.
Una
buena película (nota: 6) este drama basado en un hecho real, tensa e
intensa, y con un ramalazo de violencia miedosa e irresponsable, hacia la mitad
del metraje, acrecentada por un asalto policial al avión, cual elefantes en
cacharrería, donde murió casi hasta el apuntador: tanto pasajeros como
tripulantes, y secuestradores, un grupo de torpes jóvenes, ingenuos e
idealistas. Los rehenes del título, más allá de los masacrados en el avión,
toda la sociedad soviética que no podía salir de su opresivo país dictatorial,
ni siquiera intentarlo ni pensar en ello, so pena de gravísimas penas.
Ahora
un par de citas de sabiduría ajena, rescatadas de donde quisieran estar, o no,
para que dispongáis de ellas a vuestro libre albedrío:
- "Porque ninguna lágrima rescata nunca
el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece". (Juana de Ibarbourou).
- "Algunas cosas del pasado
desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero
rescatar". (Mario Benedetti).
Besos
y abrazos,
Don.
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