jueves, 7 de septiembre de 2017

Inmaculado matutino que no está claro

¡Buenos días!

Tras las somnolientas brumas de legaña de primerísima hora de la mañana, de las que todavía poco me he recuperado a estas tempraneras horas, creo atisbar los primeros rayos de sol que asoman por el horizonte levantino de este veraniego día de virginales cielos de raso celeste y máxima prevista de 30ºC, que me ayudan a empezar a ver con cierta claridad lo que me espera para hoy. De momento ni vislumbro la más mínima mácula de nubosidad, tal vez deslumbrado por tanta radiación solar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La niebla y la doncella", de Andrés Koppel, y con Quim Gutiérrez, Aura Garrido, Verónica Echegui, Roberto Álamo, y Marian Álvarez. Es el primer largo de este director, basado en la novela homónima de Lorenzo Silva, una de las de la saga de la pareja de detectivescos picoletos formada por el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, de quienes había visto otra adaptación cinematográfica, "El alquimista impaciente" (2002) de Patricia Ferreira. No he leído ninguna de las dos.

En la isla canaria de La Gomera se produce el asesinato de un joven. El caso se cierra apresuradamente con la acusación contra un político local, que es declarado no culpable en el juicio posterior por falta de pruebas. Tres años más tarde, ante la insistencia de la madre del joven asesinado, la Guardia Civil reabre el caso, para lo que se desplazan a la isla para investigarlo con más detalle el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro.

Una buena película (nota: 6), este thriller policiaco sobre las brumosas pesquisas de esta peculiar pareja, sin apenas acción irreflexiva y mucho análisis, formulación de hipótesis y contraste con los datos fehacientes, la normalidad cotidiana de los investigadores. Más que investigar el caso, a veces me pareció que indagaban en los abisales recovecos de la neblinosa psique de los investigados, y de los suyos propios, sin excesivas profundidades. Además, a ratos, me pareció algo confusa, bien porque no entendía claramente los diálogos (su dicción) o porque tampoco aprehendía partes de su trama. Me gustó algo más la anterior, la del alquimista.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que tal vez ayuden a disipar nuestras eventuales brumas mentales:

 - "Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad".  (Arthur Conan Doyle).

 - "La verdad es una antorcha que luce en medio de la niebla sin disiparla".  (Claude A. Helvetius).

 - "Es la verdad una doncella tan vergonzosa cuanto hermosa, y por esto anda siempre tapada".  (Baltasar Gracián).

 - "La masa y la doncella, a la luz de la vela".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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