¡Buenos días!
Estos matutinos, páginas
virtuales de esta especie de diario cinéfilo que casi a diario escribo, ni
carecen ni padecen de nada, según mi entender, que ya han madurado bastante
desde que nacieron, ahora que están a punto de abandonar la adolescencia (en
términos humanos), cuando en pocos meses cumplan su mayoría de edad, momento en
el que no sé si llegarán a volar solos del nido que les he construido, o seguirán
necesitando de mi presencia para continuar... y yo de la suya. Por lo demás,
otro soleado y maravilloso día de otoño, algo más frescales, con máxima
prevista para hoy de 15ºC, de esos que infunden unas enormes ganas de amar a
todo lo que nos rodea, y de permitir que seamos amados. Carpe diem.
Ayer estuve en el cine
viendo "The diary of a teenage girl", de
Marielle Heller, y con Bel Powley, Alexander Skarsgård, y Kristen Wiig. Es el
debut en el largo de esta directora, que está basado en la novela gráfica
homónima de Phoebe Gloeckner.
En el San Francisco de
mediados de los años 70, lisérgica era de amor libre, una quinceañera que
quiere ser dibujante de cómics, se siente fea y poco querida, y tiene unas
enormes ganas de vivir emocionantes experiencias sexuales. Está obsesionada con
los hombres y el sexo. Hasta ahí todo normal en cualquier adolescente bullendo
de hormonas. Pero una noche se queda a solas con el novio de su madre, una
hippie algo tarambana, y vive con él su primera experiencia sexual. Queda
maravillada con el momento vivido, y con insaciables ganas de repetir... y se
enamora de él. Todo lo documentará en su diario sonoro almacenado en cintas de
casete.
Una buena película (nota:
6) esta curiosa historia basada en un cómic underground de los años
70 que cuenta la adolescencia femenina tal cual, sin tapujos, como en sus
escenas de sexo, tratando temas políticamente incorrectos, que ahora se dice,
pero que en aquella época no eran para tanto, sin escandaloso dramatismo. Y
todo sin el más leve atisbo de moralina. A través de las experiencias, amorosas
y sexuales, de todo pelaje y condición, que vive nuestra protagonista, que se
siente un bicho raro, vemos su proceso de maduración vital, hasta terminar por
aceptarse a sí misma como persona... cosas de hacerse adulto, sea viviendo
experiencias sexuales, amorosas, o de cualquier otra índole.
Bueno, algo de sabiduría
ajena que nos ayude en nuestro proceso de crecimiento vital y quizá nos libre
de padecimientos y carencias de cualquier tipo:
- "La adolescencia ha sido la única época
de mi vida en la que he aprendido algo".
(Marcel Proust).
- "Nada es más difícil que aceptarse a
uno mismo". (Max Frisch).
- "El tiempo hace madurar todas las
cosas. Mediante él, todas se hacen evidentes. El tiempo es el padre de la
verdad". (François Rabelais).
- "Para un ser consciente, el existir
consiste en cambiar, en madurar, en crearse indefinidamente a sí
mismo". (Henri Bergson).
- "Amar es una oportunidad, un motivo
sublime que se ofrece a cada individuo para madurar y llegar a ser algo en sí
mismo, para volverse mundo".
(Rainer María Rilke).
Besos y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario