¡Buenos días!
Según se mire, que son tan
jóvenes como a quienes poco les falta para ser mayores de edad, pero han vivido
mucho, curtiéndose en el proceso, pero sin ajarse, resistiendo sin fisuras los
embates del tiempo, que aquí y ahora, en estos dulces días a la vera del
Mediterráneo, ni de lejos se imaginan, con este plácido sol y dulces
temperaturas (máxima prevista para hoy de 16ºC) que a uno tanto lo miman, con
lo que ya apenas recuerdo ningún mal rato pasado, en cualquier caso restañado
por esta bondad climática.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "45 años" ("45 years"),
de Andrew Haigh, y con Charlotte Rampling y Tom Courtenay. Es el tercer largo
de este director británico, y segundo suyo que veo, tras su anterior "Weekend" (2011).
Es lunes y el próximo sábado
una madura pareja sin hijos va a celebrar su 45º aniversario de boda por todo
lo alto. No lo pudieron hacer cinco años atrás debido a la grave operación de
él. Llega una carta anunciando que ha aparecido el cuerpo del primer amor de
él, congelado en un glaciar alpino desde hace más de 50 años, relación y muerte
que tuvieron lugar antes de conocer a su actual mujer. Él manifiesta su
intención de ir a Suiza para el funeral de su ex tras el festejo. En los días
siguientes, hasta la celebración, el matrimonio revivirá tiempos pasados,
charlas que parecen ir minando su muy sólida y amorosa relación matrimonial de
tantísimos años.
Una muy buena película (nota:
7) este sutilísimo drama romántico de preciosa fotografía, contado
desde la perspectiva de ella, con canciones que dicen mucho de sus
sentimientos, con los que no acabé de empatizar del todo. Sin embargo, al final
me terminó por enganchar, especialmente por su muy sobresaliente escena final,
a pesar de no entender las razones de ella, sus incomprensibles celos (desde mi
punto de vista). Estupendo retrato de la gran fragilidad del hasta más
sólidamente duradero matrimonio, sobre todo cuando se resucitan viejas heridas
del pasado, latentes e inconfesas hasta ese momento.
Así como en "Weekend", que me gustó más, se describe una
relación fugaz, aunque muy profunda e intensa, de tan solo dos días, en la hoy
glosada, por el contrario, vemos una larguísima relación dinamitada, desde sus
más imperceptibles fisuras surgidas por el paso del tiempo, por reprimidas y
ocultas emociones (dudas y miedos del pasado) que salen a la luz de repente,
cuando uno menos lo espera.
Ahora, festejemos el paso
del tiempo con este regalo que os hago de unas pocas citas de sabiduría ajena:
- "Las palabras del año pasado pertenecen
al lenguaje del año pasado. Las palabras del próximo año esperan otra
voz". (T. S. Eliot).
- "Deberíamos vivir tantas veces como los
árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a
empezar". (José Luis Sampedro).
- "Si te paras a contar los días de sol y
los nublados en el año, verás que los días serenos han sido los más". (Ovidio).
- "No somos las mismas personas que el
año pasado, tampoco lo son aquellos a los que amamos. Es extraordinario que,
cambiando, podamos seguir amando a alguien que también cambió". (William Somerset
Maugham).
Besos y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario