¡Buenos días!
Nada reconcome a estos
generosos matutinos, siempre comedidamente interesados y totalmente fascinados
por todo lo maravilloso que les rodea, que nada ambicionan, tan sólo aceptan lo
que les es dado, que bien está. El invierno vuelve a interesarse por los
soleados días, tras las tímidas lluvias vespertinas de ayer, aunque, eso sí,
algo más frescos, pero nos alegramos de cualquier modo, que es lo que tiene que
ser.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo la adaptación cinematográfica de otra de las obras maestras de
William Shakespeare. Se trató de "Macbeth", de
Justin Kurzel, y con Michael Fassbender, y Marion Cotillard. Es el segundo
largo de este director, y primero suyo que veo.
Escocia, s.XI. Tras una
cruenta batalla, a las órdenes de uno de sus generales, el valeroso Macbeth,
las huestes del rey vencen a los adversarios que trataban de usurpar el trono,
quien de regreso a palacio se encuentra con unas hechiceras que le auguran que
será rey y que ningún hombre nacido de mujer le quitará la vida. Por su gesta,
el monarca le premia con un nuevo título nobiliario, pero instigado por su
mujer y alentado por las profecías, Macbeth da muerte al rey y reclama su
corona. Pero ebrio de loca ambición, enseguida comienza a desconfiar de todos
los que le rodean y va ordenando su muerte.
Una muy buena película (nota:
7) esta brutal y negra tragedia, de bellísimas imágenes, potentes,
muy oscuras y luminosas, rodada en verso (en inglés) y difícil de ver para el espectador
medio. Nos habla de traición, ambición desaforada, siempre insatisfecha, de los
riesgos y nefastas consecuencias de creerse invulnerable, y de remordimientos
que consumen y reconcomen el alma. Rabiosamente actual... en este mundo de hoy
en día, con sus codiciosas crisis financieras y traicioneros tiburones que se
van de rositas (algunos).
Ahora algo de sabiduría
ajena que nos ayude a anhelar con mesura:
- "Los temores, las sospechas, la
frialdad, la reserva, el odio, la traición, se esconden frecuentemente bajo ese
velo uniforme y pérfido de la cortesía".
(Jean Jacques Rousseau).
- "Difícil es templar en el poder a los
que por ambición simularon ser honrados".
(Salustio).
- "Un hombre no es desdichado a causa de
la ambición, sino porque ésta lo devora".
(Montesquieu).
- "Para quienes ambicionan el poder no
existe vía media entre la cumbre y el precipicio". (Tácito).
- "En nuestros locos intentos,
renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser". (William Shakespeare).
- "La primera y más elevada ambición que
pueda tener un hombre es la de cumplir con su deber y la de gobernar su alma,
que es su verdadero reino". (John
Lubbock).
Besos y abrazos,
Don.
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