martes, 3 de febrero de 2015

Matutino al acecho

¡Buenos días!

Lo veo de lejos, no precisamente en televisión, oculto tras la oscuridad de la noche, o de una sala de cine, o de la ósea cámara oscura en la que habitan mis neuronas, a este matutino que ha esperado su oportunidad de ver la luz en cuanto esta mañana llegó, para tratar de dar a conocer a quien quiera saber lo que por allí pasó, sin efectismos ni truculencia, por supuesto. Tras unos pocos lluviosos días, el crudo invierno acecha de nuevo, y en breve, por doquier, más cuanto más al norte, nos hará tiritar de noche y de día, con mínimas bajo cero y máximas que poco se elevarán de los 0ºC... y nieve, por supuesto, donde se deje caer.

Ayer por la tarde me dejé caer por el cine, y estuve viendo "Nightcrawler", de Dan Gilroy, y con Jake Gyllenhaal, Rene Russo, y Riz Ahmed. Es el debut como director de cine de este también guionista y productor.

Un joven sin escrúpulos lleva tiempo buscando trabajo sin conseguirlo, y mientras tanto se dedica a robar para sobrevivir (hilo de cobre, tapas de alcantarilla, vallas metálicas, etc.). Tras uno de estos robos, se encuentra con un accidente de tráfico y ve como unos camarógrafos freelance toman imágenes mientras actúan policías, ambulancias y bomberos. Charla con ellos y toma la decisión de que podría ser un lucrativo negocio, así que roba una bici y con el dinero de la venta se compra una cámara de vídeo para introducirse en el mundo de grabar y vender imágenes truculentas a las televisiones sensacionalistas y sus programas basura. Se ha convertido en un nightcrawler (especie de nocturno paparazzo televisivo). Es muy espabilado (demasiado) y aprenderá muy deprisa.

Una estupenda película (nota: 8), de preciosa fotografía (toda nocturna), sobre un despreciable sabandija, un carroñero carente de empatía, nihilista y cínico, un pelota trepa que busca triunfar a toda costa, al precio que sea; y que también pone en solfa a esos amorales medios de comunicación que fuerzan y retuercen las noticias, dándoles el enfoque "adecuado" con el fin de maximizar audiencias a costa de truculencia o de pornografía emocional, que todo vale en aras del share. Además, al final también se ríe descarnadamente (y muy amargamente) de eso tan norteamericano de la glorificación del triunfador empresario hecho a sí mismo, pero que pisotea lo que haya que pisotear sin remordimientos, y que contrata sin contrato por míseros sueldos y sin asegurar a sus empleados... el libre mercado, dicen. Por eso de la telebasura me recordó a "Network" (1976) de Sidney Lumet.

Ahora algo de sabiduría ajena que tal vez nos ayude a mejor ver venir las eventuales acechanzas de sibilinos merodeadores:

 - "En California no tiran la basura: la convierten en programas de televisión".  (Woody Allen).

 - "Las mentes que controlan la televisión son tan pequeñas que cabrían en el ombligo de una mosca, y aún quedaría espacio para el corazón de un director de cadena".  (Fred Allen).

 - "Ver un asesinato por televisión puede ayudarnos a descargar los propios sentimientos de odio. Si no se tienen sentimientos de odio, podrán obtenerse en el intervalo publicitario".  (Alfred Hitchcock).

 - "El problema es que la televisión amalgame y convierta en papilla informe la realidad, la ficción, lo fundamental, lo secundario, el divertimento y la reflexión".  (Jean Renoir).

 - "La civilización democrática se salvara únicamente si hace del lenguaje de la imagen una provocación a la reflexión crítica, y no una invitación a la hipnosis".  (Umberto Eco).

Besos y abrazos,

Don.
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