¡Buenos días!
Aunque me encante perderme
cada mañana por entre los vericuetos de estos matutinos, paradójicamente,
gracias a ello encuentro grandes verdades en mí mismo que me ayudan a
desentrañar los más intrincados avatares que pudieran presentárseme. Y el crudo
invierno, hoy de lluvioso otoño (por las precipitaciones y las dulces
temperaturas), abandona su silenciosa quietud de sol y agradables temperaturas
de pasados días, por el bullicio de nubes, lluvias, mucho, pero que mucho
viento, y de nuevo eventuales nevadas y frío en próximos días, ya casi este
mismo fin de semana.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "La conspiración del silencio"
("Im labyrinth des schweigens"), de Giulio Ricciarelli, y con
Alexander Fehling, André Szymanski, Friederike Becht, y Gert Voss. Es el primer
largo de este director.
Año 1958, Alemania está
resurgiendo de sus cenizas y todos quieren olvidar el pasado. Un joven fiscal,
tenaz y estricto cumplidor de la ley y con afanes de hacer justicia, un novato
aburrido de que tan sólo le encarguen asuntos relacionados con infracciones de
tráfico, ve la oportunidad de hacer algo interesante cuando un periodista monta
un escándalo en la Fiscalía diciendo que ha descubierto a un antiguo guardia
del campo de exterminio de Auschwitz durante la II Guerra Mundial como maestro
en una escuela infantil y que ninguna institución gubernamental hace nada por
encarcelar al criminal de guerra, o al menos relevarle de sus tareas docentes.
Todos escurren el bulto salvo el joven, quien, en contra de la voluntad de su
inmediato jefe, comienza a investigar, topándose con una maraña de silencio que
quiere enterrar el asunto. Descubrirá que muchos criminales de guerra nazis,
gente corriente y moliente la mayoría, campan a sus anchas amparados por el
silencio e ignorancia general y la protección de ciertas esferas. Sin embargo,
se encontrará con el inesperado apoyo del muy veterano Fiscal General, quien le
anima a continuar sus pesquisas.
Una muy buena película (nota:
7), una estupenda historia, de esas necesarias para conocer la
Historia, con la que pasé un rato muy entretenido, y por momentos incluso
emocionante, que se me pasó en un suspiro, lo que no la merma de rigurosidad,
basada en hechos reales, y cuyo protagonista es un compendio de los tres
jóvenes fiscales que en realidad llevaron el caso (el periodista y el Fiscal
General son personajes reales), el mayor juicio de la historia de Alemania y la
primera vez que en el mundo un país llevó a sus propios criminales de guerra
ante un tribunal (el famoso de Nuremberg, casi 20 años atrás, fue llevado por
un tribunal internacional a instancias de los aliados ganadores de la guerra).
Nuestro perseverante paladín de tan noble causa, conforme avanza en su
investigación y va sabiendo más, y no sólo de los horrores que va conociendo,
irá entrando en un enmarañado laberinto interior de dudas en el que deberá
aprender a enfrentarse a él y salir. Tangencialmente, y por desarrollarse en
los mismos años, tiene que ver con lo narrado en el film "Hannah Arendt" (2012) de Margarethe von Trotta.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que tal vez nos ayude a desvelar silenciosos mantos encubridores y
enmarañadores de la verdad:
- "La historia es émula del tiempo,
depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente,
advertencia de lo por venir".
(Miguel de Cervantes).
- "Cuando odiamos a alguien, odiamos en
su imagen algo que está dentro de nosotros". (Hermann Hesse).
- "Sin piedad la justicia se torna en
crueldad. La piedad, sin justicia, es debilidad". (Pietro Metastasio).
- "Nuestra generación no se habrá
lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor
silencio de los bondadosos".
(Martin Luther King).
- "La verdad se corrompe tanto con la
mentira como con el silencio".
(Cicerón).
- "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien
mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!". (Santa Catalina de Siena).
Besos y abrazos,
Don.
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