lunes, 9 de diciembre de 2013

Reavivando los oxidados rescoldos matutinos

¡Buenos días!

A pesar del difícil esfuerzo que ello supone en la realidad, plena de inoportunos chaparrones, en este mundo matutino, donde todo sucede al gusto de sus habitantes, todo es más llevadero, a poco que le echemos aliento y alimento. Pero siempre vale de entrenamiento para el bien hacer cuando regresemos a la rutina nuestra de cada día. Y así sigue el otoño, rutinario de sol, leves heladas mañaneras, eventuales y nimias neblinas, echando en falta algún chaparrón que nos estimule a movernos, a vivir, aunque nos oxidemos, que en esto precisamente consiste el vivir.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Le week-end", de Roger Michell, y con Jim Broadbent, Lindsay Duncan, y Jeff Goldblum. De este director había visto tres de sus anteriores films: "Venus" (2006), "The mother" (2003), y "Notting Hill" (1999).

Un matrimonio de sesentones, que acaban de independizarse de sus hijos, ella profesora de biología en un instituto y él profesor de filosofía en una universidad de una ciudad de provincias, deciden pasar un fin de semana romántico en París para celebrar sus treinta años de casados y tratar de reavivar su muy desgastado matrimonio. Todo empieza fatal, pues él ha cometido el error de reservar el mismo hotel de su luna de miel, que ya no es el que era, ni ellos tampoco, y ella se niega a alojarse allí. Así que tirando de tarjeta, con las reticencias de él, y sobrepasando sus límites presupuestarios con peligrosa holgura, terminan por alojarse en una magnífica suite de un hotel de gran lujo. Conforme avanza su estancia irán teniendo sus más y menos, y no cesarán de estallar (con sordina) las tensiones latentes durante años, irritaciones que irán sorteando con mejor o peor fortuna. Allí se encontrarán con un viejo amigo de él, que hace muchos, muchos años que no se veían, y que influirá en su devenir futuro.

Una muy buena película esta comedia agridulce, muchísimo de lo primero y apenas de lo segundo, de fino y sutil humor, sobre los fugacísimos y escasos encuentros, y erizados desencuentros (por la irónica y sarcástica retranca de sus reproches), de esta pareja ya de vuelta de muchas cosas y que intenta sin mucho ánimo reencontrarse antes de que sea ya imposible. Una muy buena muestra de los claroscuros de la vida cotidiana de las parejas, a las que siempre les quedará París, o cualquier otro presunto lugar romántico, para tratar de reencontrarse.

Ahora algo de sabiduría ajena que seguro estimula en nosotros las ganas de bien vivir:

- "Prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas a un fin de semana con mi mujer".  (Woody Allen).

- "El noviazgo agrada más que el matrimonio por la misma razón que las novelas son más divertidas que la historia".  (Chamfort).

- "En todo matrimonio que ha durado más de una semana existen motivos para el divorcio. La clave consiste en encontrar siempre motivos para el matrimonio".  (Robert Anderson).

- "Es necesario guardarse algunas sonrisas para burlarse de los días sin alegría".  (Víctor Hugo).

- "La vida es como una rosa, pues cada pétalo es una ilusión y cada espina una realidad".  (Alfred de Musset).

- "Estamos solos, vivimos solos y morimos solos. Solo a través del amor y la amistad podemos hacernos la ilusión, por un momento, de que no estamos solos".  (Orson Welles).

Besos y abrazos,

Don.
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