martes, 3 de septiembre de 2013

Esperanza en este paraíso matutino

¡Buenos días!

Siempre he confiado en que estos edénicos matutinos me reporten el bienestar que de ellos he imaginado y que jamás me defrauda, tan ilusionado que estoy con ellos, cual si fuesen mi primer amor. Como también espero que estos últimos días de verano sigan por este curso de suavidad térmica y que se prolongue hasta su fin, tal y como así se espera en los pronósticos meteorológicos de los días por venir.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo la tercera parte de la trilogía del paraíso, "Paraíso: Esperanza" ("Paradies: Hoffnung"), de Ulrich Seidl, y con Melanie Lenz, Joseph Lorenz, y Verena Lehbauer, tras haber visto la semana pasada las dos anteriores: "Paraíso: Amor" y "Paraíso: Fe". De este director austriaco también vi en su día "Import / Export".

Mientras su madre disfruta de unas vacaciones de turismo sexual en Kenia (primera parte de la trilogía) y su tía se entrega a su desmedida pasión evangelizadora (segunda parte), la protagonista de esta tercera entrega, una adolescente de 13 años, pasa el verano en un campamento dietético para jóvenes obesos, donde se enamorará perdidamente por primera vez ... del médico de la residencia, un hombre 40 años mayor que ella, tratando de seducirle con una ingenuidad de la que sólo es capaz una inocente. Pero este esperanzado paraíso del primer amor nada tiene que ver con lo que había anhelado, a la par que enfrenta al médico a sus códigos éticos e incertidumbres.

Historia de una joven y de su primer amor imposible, contada como las otras de la trilogía, de un modo no demasiado apto para todos los paladares, de visión algo incómoda por lo que nos plantea y como lo hace, aunque con puntadas de humor sarcástico. Como en las otras dos, tan desoladoras como ésta, que nos cuentan respectivamente los casos de su madre y tía, se analiza la búsqueda de la felicidad, del paraíso inexistente, a través del amor, en el primer caso carnal (y algo afectivo), en el segundo místico, y en este tercero platónica idealización del primer amor. Y en los tres acaba en desilusión, en un globo pinchado que las baja a la realidad del mundo desde sus ideas preconcebidas.

Ahora algo de sabiduría ajena, que espero nos ayude a no desesperar en demasía:

- "Vale más buena esperanza que ruin posesión".  (refrán).

- "Lo verdaderamente mágico de nuestro primer amor es la absoluta ignorancia de que alguna vez ha de terminar".  (Benjamín Disraeli).

- "Muchas veces, en muchos casos, es una gran piedad no dar esperanzas".  (Amado Nervo).

 - "Fueron mis esperanzas
como el almendro:
florecieron temprano,
cayeron presto".  (Anónimo).

Besos y abrazos,

Don.
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