miércoles, 19 de diciembre de 2012

Boscosos umbrales matutinos

¡Buenos días!

En estas soleadas riberas madrileñas, hoy precisamente no, que las nubes grises nos nublan, aparte de hileras de árboles en sus alcorques rodeados de pavimento por doquier, los únicos y ralos bosques que hay en realidad son los de semáforos y farolas, pero veo una fantástica puerta, casi mágica, la que conforman las Torres Kio, cual truncada V invertida, en los límites de la Plaza de Castilla, por la que si paso en dirección norte seguro que me teletransporto en un santiamén al delicioso bosquete de ribera que hay a la vera del Arlanzón, lugar en el que nacieron estos matutinos y por el que retozaron felizmente en sus 11 primeros años de infancia.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El bosque" ("El bosc"), de Óscar Aibar, y con María Molins (estupenda), Álex Brendemühl, Pere Ponce, y Tom Sizemore. Es el quinto largo de este director, y primero suyo que veo. Está basado en un relato de Albert Sánchez Piñol.

Una familia esconde un secreto ancestral: dos veces al año, en las noches de San Lorenzo y San Blas, en un minúsculo bosquete cerca de su alquería aparece un fulgor sobrenatural. Según la tradición oral familiar esas luces son una puerta que lleva a otro mundo, especie de universo más o menos paralelo, del que dicen no se puede volver. Cuando en 1936 estalla la guerra civil, las milicias anarquistas toman el poder en el pueblo cercano, y el cabeza de familia de la granja es perseguido, lo que le obliga a cruzar el peligroso umbral, con la promesa de volver. Queda la mujer con su bebé, tratando de sobrevivir a las penurias de la guerra, siendo además acosada por uno de los milicianos, enamorado de ella desde la infancia.

Especie de alegoría de realismo fantástico, con ramalazos de marcianada hacia el final. Una película fallida que tiende a ser malucha, mal hilvanada, algo patética a veces, a pesar de sus buenos propósitos en lo que nos trata de contar más o menos metafóricamente: la buena concordia entre diferentes, por razones de ideología, raza, sexo o cualquier otra condición humana ... o de besugos.

Ahora os dejo unas ramas desgajadas del bosque de sabiduría ajena, con las que ayudarnos a pasar a través de ciertos umbrales que nos dan miedo (por desconocimiento):

 - "Cuanto más amplia es una inteligencia, más sufre por sus límites".  (Thiaudière).

 - "El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él".  (Proverbio chino).

 - "Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias".  (James Russell Lowell).

 - "Una espina de besugo puede ser tu verdugo".  (refrán).

 - "La tolerancia significa enterarse cada cual de que tiene frente a sí a alguien que es un hermano suyo, quien, con el mismo derecho que él, opina lo contrario, concibe de contraria manera la felicidad pública".  (Antonio Maura).

 - "El justo debe imitar al bosque de sándalo, que perfuma al hacha que lo lastima".  (Proverbio indio).

 - "La vida es lo que queda por vivir, vivir es penetrar en lo que ignoras".  (Francisco Umbral).

Besos y abrazos,

Don.
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