viernes, 15 de noviembre de 2024

Matutino desaguisado en la trastienda

¡Buenos días!

Estos días de otoño siguen cociéndose a fuego lento, por eso de que el calor del sol está muy tamizado por tanta grisura nubosa, como escondido tras ella para no ser descubierto, que tras varios días de no excesivas lluvias por los madriles parece que se irán evaporando. De momento la espesa nubosidad, cual salsa bien reducida, ahí sigue y la máxima prevista para hoy será de 17ºC. Por lo demás, este guisoteo matutino que ahora tengo entre manos, bullendo en mis entendederas fuera de la vista de los demás, espero que no me quede hecho un comistrajo, que por buen cocinillas me suelo tener. Buen provecho, alimenticio o vital en general.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La cocina" (2024), de Alonso Ruizpalacios, basada en la homónima obra teatral "The kitchen" (1957) de Arnold Wesker, y con Raúl Briones, Rooney Mara, Anna Diaz, Motell Gyn Foster, Oded Fehr, y Eduardo Olmos. De este director mexicano había visto una de sus anteriores películas, la de su debut, "Güeros" (2014).

Una joven mexicana, inmigrante indocumentada, acaba de llegar a Nueva York y ser contratada para trabajar en las cocinas de un inmenso restaurante para turistas, de una franquicia, donde se elaboran platos sin alma como en una cadena de montaje industrial que prima la cantidad sobre la calidad, en el centro de la gran urbe, en el día que se ha descubierto que falta dinero de una de las cajas y todos los trabajadores están siendo interrogados, la gran mayoría gente foránea sin papeles, como uno de los cocineros, también mexicano, enamorado de una de las camareras, estadounidense ella, que no está en disposición de iniciar una relación amorosa con un ilegal y que acaba de descubrir que está embarazada, así que decide abortar, en contra de la opinión de él, el progenitor. Y comienza una nueva jornada de frenético y agotador ritmo de trabajo a presión en el inicio del bullicioso fin de semana. El caos y la locura hierven y se desatan a poco que se enciendan los ánimos.

Muy buena película (nota: 7), en blanco y negro, muy poco convencional, con trepidantes arrebatos, que fue de más a menos, que fue decayendo poco a poco, en buena parte debido a su excesivo metraje y a que por momentos (no muchos) me pareció algo pasada de cocción, y de la que me gustaron, y mucho, sus maneras formales y modo de narrar, del que se destila crítica social sobre la discriminación, la desigualdad, la injusticia, la capitalista deshumanización del trabajo, y la pesadilla del falaz (que no feliz) sueño americano, a partir de su obvio microcosmos, tanto la cocina como del resto del restaurante, metáfora de la sociedad estadounidense, del mundo actual.

Ahora llega la comanda de la sabiduría ajena, con la que tratar de saciar nuestra sed de entendimiento, con este sabroso menú estándar de tres platos, de tres citas que espero os aprovechen:

 - "Comer bien, dormir bien, ir donde se desea, permanecer donde interese, no quejarse nunca y, sobre todo, huir como de la peste de los principales monumentos de la ciudad".  (Jules Renard).

 - "El que no tiene dos terceras partes de su jornada para sí mismo es un esclavo, sea lo que sea, político, comerciante, funcionario o erudito".  (Friedrich Nietzsche).

 - "Que aun el rey no comería si el labrador no labrase".  (Félix Lope de Vega).

Besos y abrazos,

Don.

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