martes, 11 de julio de 2023

Mi primer mate matutino

¡Buenos días!

¡Che, pibe!, que no, que no me voy a tomar mi primera infusión de la hierba, que sin embargo alguna vez tendré que probar, pues más bien estoy matado, machacado, infusionado, fundido por el tremendo calor que hace estos días por los madriles, con máximas rozando la cuarentena, 38ºC hoy en concreto, lo que me lleva arrastrado en cuanto salgo a la intemperie, así que el único enceste que podría hacer, si acaso, sería el de mí mismo en el cesto de la ropa sucia, sudada hasta límites inconcebibles, cual si hubiera jugado un partido completo con prórroga incluida en el cocedero de un pabellón sin aire acondicionado en un tórrido día de verano como el de hoy (o ayer, que fue algo peor).

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación japonesa. Se trató de "The first slam dunk" ("Eiga slam dunk", 2022), de Takehiko Inoue. Es la primera película como director de este también guionista y autor de mangas, en uno de los cuales, una serie escrita en los años 90, está basada.

Un joven, en su segundo año de bachillerato, gran jugador de baloncesto por imitación de su hermano mayor, que también lo era y falleció en un accidente en el mar cuando era adolescente, se une al equipo de su nuevo instituto, al que acaba de llegar, y que juega en la liga nacional de institutos, aunque no se lleve especialmente bien con ninguno de sus compañeros de equipo. Llegan a la final y deben jugar contra el campeón de los tres años anteriores.

Buena película (nota: 6), cuya historia de épica deportiva, interesante por momentos, no fue muy de mi gusto (en general no me agradan las epopeyas). Sin embargo, sí que me encantó su portentosa animación que combina la tradicional en 2D y la generada por ordenador, especialmente está última que refulge en algunas escenas, bastantes, del partido de baloncesto y en, por ejemplo, la perfección casi real de las camisetas y sus pliegues y caídas, o en las de paisajes, que casi parecen fotos. La historia nos narra un épico partido, intercalado con flashbacks de la situación familiar del protagonista, de sus conflictos personales y de como se inició en el baloncesto. Toda la película exuda un enorme amor por este espléndido deporte, así que os la recomendaría tanto a sus jugones como a sus forofos. Además, me recordó, aunque en esta las escenas de sufrimiento y gloria no se estiran eterna y cansinamente como en su referente futbolero, o eso me pareció, a aquella serie televisiva de anime japonés, "Campeones: Oliver y Benji" ("Captain Tsubasa", 1983-1986) de Hiroyoshi Mitsunobu, que fue un exitazo mundial y en España se emitió a principios de los años 90.

Ahora, como siempre, remato este matutino con unas citas de sabiduría ajena que no sé si nos harán entrar por el aro:

 - "La ocasión es como el fierro: se ha de machacar caliente".  (José Hernández).

 - "Una de las características del ser humano es la falibilidad, la posibilidad de equivocarse; por tanto no nos machaquemos por algo que inevitablemente va unido a nuestra condición de ser humano".  (María Jesús Álava Reyes).

 - "El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas... Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales".  (Nelson Mandela).

Besos y abrazos,

Don.

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