viernes, 14 de enero de 2022

¿Qué veo en los matutinos?

¡Buenos días!

Más que mirarlos absorto, casi que los percibo con todos mis sentidos, dejando que me inunden y guíen mi devenir tras haber contactado con ellos, citándonos para el filo del alba, donde siempre nos encontramos cuando toca, no tanto por azar como por nuestro empeño de seguir juntos. Pues mirando al cielo veo un sol que se despereza conforme se alza desde el horizonte, libre de velos nubosos, radiante en esta gélida madrugada de -2ºC. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 9ºC.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "¿Qué vemos cuando miramos al cielo?" ("Ras vkhedavt, rodesac cas vukurebt?", 2021), de Alexandre Koberidze, y con Giorgi Bochorishvili, Ani Karseladze, Oliko Barbakadze, Giorgi Ambroladze, y Vakhtang Panchulidze. Es el segundo largo, y primero que veo de este director georgiano.

Un chico y una chica que no se conocen se topan por casualidad por la calle y el azar se repite varias veces ese día. Amor a primera vista. Así que en su último encuentro del día acuerdan citarse en un café a la tarde del día siguiente, aunque olvidan darse los nombres. Pero un ser maligno les ha echado mal de ojo, hechizándoles de modo que su aspecto cambia mientras duermen y al despertar no se reconocen a sí mismos, ni el uno al otro cuando acuden a la cita, pasando por desconocidos. Pero la vida sigue y ellos con ella, aunque sin encontrarse.

Película que en general no me dijo gran cosa (nota: 4), irregular, pero en la que vi momentos sueltos de gran belleza, con bonita fotografía, pero alternados con otros que me chirriaron, además de tener un metraje excesivo a mi entender. Con actores profesionales y no, casi muda, salvo por sus muy parcos diálogos y el omnipresente narrador, la historia de esta fábula de amor, bastante absurda e inconsistente, queda diluida y rota a cada momento por otras cuestiones tratadas, con maneras de documental dramatizado, insertos de poético realismo social, tales como chavales jugando en la calle (una de estas escenas, de niños y niñas jugando al fútbol, me pareció sublime), perros callejeros aficionados al balompié, que ven en la tele (fuera de campo) junto con los humanos en bares y cafés, cine dentro del cine que homenajea a otros autores... y a ratos me pareció una de arte y ensayo.

En definitiva, parece hablarnos de lo inexplicable de nuestro día a día, sobre todo del amor, de la chispa que lo enciende, a través de la peripecia de sus dos protagonistas, a la par que retrata la cotidianidad de la ciudad en que estos viven, esos pequeños momentos, aparentemente insignificantes, que dan color y sentido a la vida.

Ahora mismo estoy viendo que llega el momento de la sabiduría ajena, así que mirad con detenimiento estas citas:

 - "Mucho saber del cielo y poco saber del suelo".  (Refrán).

 - "No hay vidas pequeñas; cuando la miramos de cerca, toda vida es grande".  (Maurice Maeterlinck).

 - "La felicidad es como las neblinas ligeras: cuando estamos dentro de ellas, no las vemos".  (Amado Nervo).

Besos y abrazos,

Don.

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