¡Buenos días!
Por mucho que esté unido a estos matutinos, especie de manual por capítulos que rige en parte mi conducta, no me siento atado a ellos, ni viceversa, yendo cada uno de nosotros a nuestro libre albedrío, sin excesivas obligaciones, aunque siempre en buena sintonía y sincronía. Y bien amarrados seguimos a estos gélidos días de invierno con los que nos toca convivir últimamente, con madrugadas muy bajo cero, y soleada jornada la de hoy, en la que superaremos los diez grados, según lo previsto.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Manual de la buena esposa" ("La bonne épouse", 2020), de Martin Provost, y con Juliette Binoche, Yolande Moreau, Noémie Lvovsky, Édouard Baer, y François Berléand. De los anteriores largos de este director francés había visto tres de sus anteriores: "Dos mujeres" ("Sage femme", 2017), "Violette" (2013) y "Séraphine" (2008).
En una pequeña localidad alsaciana, un matrimonio dirige una escuela para señoritas en la que se les enseña a ser abnegadas, hacendosas y solícitas esposas. Comienza un nuevo curso en el otoño de 1967. El marido muere repentinamente y ella descubre que están en bancarrota debido a que su esposo era adicto a las apuestas. Empiezan a bullir los acontecimientos sociales que desembocarán en el mayo del 68 en París, y aires de libertad y femenina liberación empiezan corretear por allí, entre las alumnas y las docentes.
Película ni fu ni fa (nota: 4), esta comedia caricaturesca que parodia ese tipo de institución docente para la docilidad femenina que existió hasta hace no mucho, con algunos pocos momentos divertidos e interesantes, con crítica social y que propugna la igualdad entre hombres y mujeres... loables intenciones pero que no me llegaron, no superaron mi aprobado ni mi aprobación.
Ahora unas citas de sabiduría ajena, no sé si, en el caso de alguna de ellas, buen manual de ejemplar comportamiento, allá cada cual:
- "Mi esposa es un objeto sexual. Cada vez que le pido sexo, ella objeta". (Bob Hope).
- "Cuando podía haber tomado esposa, no pude soportar a ninguna; y cuando pude soportar a alguna, ya no necesitaba a ninguna". (Immanuel Kant).
- "No hay que elegir por esposa sino a la mujer que se elegiría por amigo si fuese un hombre". (Joseph Joubert).
Besos y abrazos,
Don.
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