¡Buenos días!
Uno como todos los demás, en
el que además las trato de plasmar de modo más o menos ordenado sobre este
folio virtual, especie de catarsis para las más variadas cuitas que pudieran
acaecerme, y que luego se difunde con desigual éxito por entre los bits
informáticos. Sin embargo, salvo que las proyecte desde mi imaginación, no veo
letras en el raso azul celeste, ni por supuesto el más leve rastro de nubes que
me las recuerden, por pequeñas que pudieran ser, como esas florecillas de los
jardines que todavía perduran desde mayo, iluminadas por un sol sin tapujos, a
las claras.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Violette", de Martin Provost, y
con Emmanuelle Devos y Sandrine Kiberlain. Es el sexto largo de este director,
de quien había visto anteriormente su cuarto, "Séraphine" (2008).
Violette Leduc, hija
bastarda y pobre de un rico francés y una sirvienta, que no se sintió querida
por su madre soltera, se encuentra al final de la II Guerra Mundial sobreviviendo
gracias al estraperlo y conviviendo con un escritor homosexual para que éste
guarde las apariencias, quien un día desaparece. Por azar lee un libro de
Simone de Beauvoir, queda impresionada, y la busca para entregarle un
manuscrito que escribió gracias al aliento del escritor. A Simone le gusta lo
que escribe y como lo escribe, y la ayuda para que se lo publiquen. Violette no
tiene éxito, pero se enamora de la famosa Simone de Beauvoir (amor no
correspondido), la idolatra y persigue. Ella la esquiva con elegancia pero la
ayuda en la sombra, siendo su mentora y mecenas, y dándole consejos, para que
siguiera su carrera de escritora, pues creía en su gran valía literaria.
Una estupenda película que
me encantó, aunque al principio me costó, que era algo difícil de ver. Es un
biopic algo particular, pues más bien se centra en los miedos e inseguridades
de la protagonista, que se siente fea y desdichada, y en la peculiar relación
que mantuvieron ambas escritoras, coetáneas y contemporáneas. Violette fue toda
una pionera, pues fue la primera en abordar abiertamente temas como la
bisexualidad o el aborto, de un modo considerado (por los hombres) demasiado
atrevido para una mujer (de la época), lo que provocó que algunos editores
censuraran partes de algunas de sus obras. En su vida sufrió penalidades
económicas, búsqueda sin éxito del amor, soledad, problemas mentales, rechazo
(real e imaginado), lo que la llevó a ser muy insegura y acomplejada, hasta que
unos veinte años después de su primera novela conoció el éxito (literario y
vital). En definitiva, la creación literaria como buena catarsis de nuestro
torturado mundo interior.
Ahora algo de sabiduría
ajena, casi toda centrada en Simone de Beauvoir, filósofa además de novelista,
y en consonancia con la vida y pensamientos de la protagonista del film glosado
hoy:
- "La belleza de una flor depende de sus
raíces". (refrán).
- "Escribir es un oficio que se aprende
escribiendo". (Simone de Beauvoir).
- "Mediante el trabajo ha sido como la
mujer ha podido franquear la distancia que la separaba del hombre. El trabajo
es lo único que puede garantizarle una libertad concreta". (Simone de Beauvoir).
- "El problema de la mujer siempre ha
sido un problema de hombres".
(Simone de Beauvoir).
- "En sí, la homosexualidad está tan
limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer
o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u
obligación". (Simone de Beauvoir).
- "La palabra 'amor' no tiene el mismo
significado para los dos sexos. Y ésta es la causa de los grandes malentendidos
que los dividen". (Simone de
Beauvoir).
- "Las personas felices no tienen
historia". (Simone de Beauvoir).
Besos y abrazos,
Don.
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