miércoles, 14 de febrero de 2018

Matutino que bufa

¡Buenos días!

No sé si bromear graciosamente o resoplar airadamente, así que sacaremos nuestro buen humor a que le dé un poco el aire y disfrutaremos de las chanzas que nos depare el clima de hoy, dejándonos seducir por él, que parece chisposo, es decir, quiere chispear algunas gotillas de agua como las de ayer por la tarde... ya veremos si se anima del todo o queda en amago de cielo forrado de grises nubes y poco más. Las temperaturas han atemperado bastante, sobre todo las mínimas, muy lejos de la helada (6ºC), y con máxima prevista por los madriles para hoy de 11ºC, y subiendo para sucesivos días.

Este fin de semana pasado estuve viendo (y escuchando) una ópera en un pequeño auditorio municipal no capitalino. Se trató del clásico "Rigoletto" de Giuseppe Verdi (música) y Francesco María Piave (libreto), e interpretada por el elenco de la Camerata Lírica de España (a destacar su maravillosa soprano Olena Sloia, ucraniana). Es la primera vez en mi vida que veo una ópera completa, al menos en directo, si acaso trozos en la tele, y hace poco más de siete años una muy fiel adaptación cinematográfica de otra, "La bohème", con música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, film dirigido por Robert Dornhelm. Es más, que ya voy embalado, el mes que viene creo que asistiré a otra en el Teatro Real de Madrid, el templo operístico de esta ciudad, y que os glosaré convenientemente cuando toque.

Rigoletto es el cortesano bufón del duque que gobierna Mantua, un mujeriego que seduce y abusa de toda mujer que se le antoja, aunque para ello tenga incluso que matar a sus maridos o padres, tareas en las que le ayuda su jocoso lacayo. Sin que este lo sepa, la siguiente víctima del noble es su bella e inocente hija, que es raptada por los secuaces del duque. Rigoletto jura venganza, pero siempre bajo la espada de Damocles de una maldición que le echó otro noble afrentado por sus hirientes bufonadas.

Una buena adaptación (nota: 6), teniendo en cuenta que aunque iba con decorados, trajes y demás atrezo, e incluso estaba subtitulada en una especie de dosel sobre el escenario para poder entender la letra de las canciones, la música corría a cargo de tan solo un pianista, no había orquesta, aunque sí siete cantantes y coro numeroso, vamos, era una versión reducida para teatros pequeños y humildes, pero que no desmereció en general. Bueno, un desmerecimiento particular, el tenor principal, que creo que también era el director de esta adaptación, que me pareció muy flojito, pues aun sin desentonar no le daba el fuelle. El resto cuando menos bastante bien. Y sobre todas las cosas, una excelsa y prístina voz, pura y limpia como el agua de manantial, que me ponía la carne de gallina y me hacía recorrer un cosquilleo por la nuca cada vez que cantaba, esencialmente en el aria, la de la soprano protagonista, de nombre Olena Sloia: ¡chapeau!

Ahora unas citas de sabiduría ajena que espero os caigan en gracia:

 - "Vale más caer en gracia que ser gracioso".  (Refrán).

 - "El rico se ríe con el bufón, y el bufón se ríe del rico, porque hace caso de los que lisonjea".  (Francisco de Quevedo).

 - "Adular para reinar es la práctica de los cortesanos de todos los absolutismos y de los bufones de todos los tiranos".  (Henri Frédéric Amiel).

 - "Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión".  (Habib Bourguiba).

 - "Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad".  (Sigmund Freud).

Besos y abrazos,

Don.
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