martes, 13 de febrero de 2018

Matutino en un soplo, jamás perdido

¡Buenos días!

Ahí queda eso. Otro matutino más que me hace muchísimo más llevadero este etéreo tránsito de la vida, fugaz según se mire, siempre fluyendo en armonía, jamás remando contra su natural devenir. Y con los que aprendo alguna que otra lección magistral en sus aulas, divirtiéndome además cual chavalín. Así que ya paso en un suspiro a lo meteorológico, que no quiero que se me alargue y aburra innecesariamente: en este martes y trece en el que estamos embarcados, y no sé si casados, hoy toca sol, nubosidad que va a más y que tal vez deje alguna tímida precipitación vespertina, viento in crescendo, suave helada madrugadora y 10ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo la película documental "Ganar el viento" ("Et les mistrals gagnants"), de Anne-Dauphine Julliand. Es el debut en el largo de esta directora francesa, que sabe muy bien de lo que habla, pues lo padeció en carne propia, en alma propia más bien (su hija murió a los cuatro años de grave enfermedad). Os la recomiendo desde ya, si es que no os tira para atrás su aparente temática.

Se nos narra una ráfaga de la vida de varios niños con graves enfermedades, raras e incurables. Les vemos en episodios de su día a día, en el hospital, en el colegio, en el recreo, con su familia, sufriendo en algunos momentos, pero sobre todo disfrutando de la vida como solo lo saben hacer los niños.

Una espléndida película (nota: 8), contada desde el punto de vista de los críos y que aunque pudiera parecer lo contrario, gracias a su modo de mirar, es todo un canto a la vida, sin ápice de morbo, a disfrutarla mientras nos deje, que incluso la peor enfermedad no debe ser óbice para jugar y reír, y amar, como niños si fuera preciso. Emotiva sin sentimentalismo rastrero (me puso los congojos de corbata, bien apretada, un par de veces), plena de optimismo vital, aun teniendo presente que el final es inevitable, algunas de las infantiles reflexiones son toda una lección de vida para adultos hechos y derechos, sanos o enfermos. Por tanto, imprescindible. Es más, terapéutica.

Ahora ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena que he atrapado de entre las que fluyen por los aires que me circundan, comenzando por una de la propia directora del film hoy glosado:

 - "Nos convertimos en adultos en el momento en el que empezamos a ser conscientes del tiempo que nos queda. Los niños, en cambio, viven el momento y tratan de disfrutar de cada cosa que hacen sin pensar más allá".  (Anne-Dauphine Julliand).

 - "Soy más amigo del viento,
señora, que de la brisa...
¡Y hay que hacer el bien deprisa,
que el mal no pierde momento!".  (José María Pemán).

 - "No perdáis el tiempo ni en llorar el pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como las flores que la lluvia mancha y el viento deshoja".  (Remy de Gourmont).

 - "El hombre es como la espuma del mar, que flota sobre la superficie del agua y cuando sopla viento se desvanece como si no hubiera existido. Así arrebata la muerte nuestras vidas".  (Khalil Gibran).

 - "La vida es como una leyenda: no que sea larga, sino que sea bien narrada, es lo que importa".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
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