lunes, 20 de abril de 2009

Estrellas matutinas

¡Buenos días!

En esta soleada y agradable mañana, que se nos ha ido nublando poco a poco a partir del mediodía, la única que brilla parece que es, obviamente, el sol; pero todo es aparente sumisión al rey estelar, que aunque no las veamos aún, las otras estrellas, las que vemos iluminar la noche, también lo hacen. Además, mis otras estrellas, las que me hacen tener buena estrella, las que por fortuna me sonríen cuando paso a su vera, mis hadas y ninfas ribereñas, siguen rutilando con intensidad en estos días de efervescente primavera.

Este fin de semana estuve en el teatro, viendo una representación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Se trató de una obra, atribuida a Félix Lope de Vega y Carpio (por lo que se ve, hay dudas sobre su autoría), escrita a principios del s.XVII y titulada "La estrella de Sevilla". Nos cuenta como un rey, en el s.XIII, inunda de favores y prebendas al regidor de Sevilla con el oscuro fin de conseguir los favores (sexuales) de su hermosísima hermana, Estrella. El regidor, mosqueado con tan repentinos e inmerecidos favores, rechaza las ofrendas. Tras un alevoso intento, fracasado, de conseguir a la bella Estrella con malas artes, decide el rey mandar asesinar al regidor. Resulta que a quien contrata es al prometido de Estrella (sin saberlo el rey), quien promete cumplir su encargo sin saber a quien va a asesinar, pero cuando éste se entera ...

Este espléndido e ingeniosísimo drama, atribuído a Lope, el Fénix de los Ingenios según Miguel de Cervantes, trata sobre el abuso de poder, sobre vasallos que se enfrentan al rey y sobre los límites de la lealtad, el honor y el amor. Una historia de fidelidad al rey (y lo que éste representa) en contraposición a la dignidad personal (el típico y tópico honor español), de fatal tiranía que aboca al desastre personal a todo el que roza, de la legitimidad o arbitrariedad de las decisiones. Nos muestra esa paradoja, que tantas veces se da, tan actual siempre, según la cual mientras los súbditos quieren vivir bajo el imperio de la ley, quienes la dictan se empecinan en saltársela a la torera.

Ahora, un poco de sabiduría ajena, que tal vez nos remedie cuando veamos las estrellas:

- "Unos nacieron con estrella, y otros estrellados". (refrán).

- "Hay que vivir según norma, vivir según capricho es de plebeyos". (Goethe).

- "La causa justa, toda causa justa, se convierte en injusta en el momento en que la llevamos hasta sus últimas consecuencias". (Hans M. Enzensberger).

- "Todo juez de sí mismo halla luego textos de escapatoria". (Baltasar Gracián).

- "El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan". (Pablo Neruda).

- "Es bello obtener la realeza como premio a la justicia; pero es más bello aún preferir la justicia a la realeza". (Plutarco).

- "Ni el rey comería... si el labrador no labrase". (Lope de Vega).

- "Quién lástima escucha, cerca está de perdonar". (Lope de Vega).

- "Al hombre ambicioso y fanfarrón se le llega a perdonar muchas cosas: la audacia, la inconsecuencia, la maniobra desleal; pero al prudente y de pocas aspiraciones no se le perdona casi nada y se mide su conducta al milímetro". (Pío Baroja).

- "No es la inmoralidad de los grandes hombres lo que debería infundirnos temor, sino más bien el hecho de que sea ésta la que, con tanta frecuencia, permita a los hombres alcanzar la grandeza". (Alexis de Tocqueville).

Besos y abrazos,

Don.
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