martes, 18 de noviembre de 2008

¡Qué parezca un matutino!

¡Buenos días!

Eso mismo intento todas las mañanas, que lo parezca, además de que lo sea en esencia y no por mero accidente. Que aunque nada es lo que parece, me parece que nada, ni siquiera algún eventual incidente, me impide seguir la rutina mañanera de estos matutinos. Mi bien amada ribera, por supuesto, continúa con su rutina de regalarme su esplendor otoñal, a modo de pequeños accidentes de numerosos ocres relucientes punteando el anodino fondo gris, plúmbeo y resplandeciente a la vez, de las nubes que todo lo cubren, como estrellas en la noche, ... toda una orgía visual, incluida la que me ofrecen a su paso las jugosas hadas y ninfas ribereñas, que espero me guarden la debida fidelidad.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Que parezca un accidente", de Gerardo Herrero, y con Carmen Maura, Federico Luppi, José Luis García Pérez y Yaiza Guimaré. Una comedia negra sobre una suegra chismosa que sospecha, a través de un sexto sentido que dice que tiene, que su yerno le está poniendo los cuernos a su hija. Decide, junto con sus amigas, que lo mejor es liquidarlo, para lo que contrata a un muy profesional asesino a sueldo, ya usado por sus amigas para enviudar. No me hizo apenas gracia, me pareció algo anodina y torpe, salvo alguna que otra gracia de interés (como la escena del baño público del aeropuerto en que nuestro asesino realiza un encargo anterior y se desembaraza del posible testigo de un modo muy particular). Acaba la película con una canción de Jorge Drexler, titulada "Nada es lo que parece", sobre los títulos de crédito.

Sin embargo, los anteriores films que he visto de este director me parecieron muy buenos, especialmente las tres siguientes, excelentes, y que os recomiendo que veáis: "Las razones de mis amigos" (año 2000), una historia sobre una amistad de toda la vida entre treintañeros que se va diluyendo en el tiempo; "El principio de Arquímedes" (año 2004), cuyo matutino podéis ver más abajo; y "Los aires difíciles" (año 2005), cuyo matutino del 27-03-2006 podéis ver aquí.

Bueno, esto se termina, hay que liquidarlo, así que para que parezca definitivamente un matutino ahora van unas citas de sabiduría ajena con las que espero podáis sortear con bien los incidentes vitales que os vayan surgiendo:

- "Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana, hay que sacarlo por la escalera". (Mark Twain).

- "La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez es eterna". (Artson).

- "Es tan dulce ser amado, que nos contentamos incluso con la apariencia". (Alfred D'Houdetot).

- "La murmuración se parece al humo porque se disipa pronto, pero ennegrece todo lo que toca". (Madame de Staël).

- "Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso". (Montaigne).

- "Mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia". (Charlie Chaplin).

Besos y abrazos,

Don.

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Matutino de fluidos
(Miércoles, 14 de abril de 2004)

¡Buenos días!

La mañana fluye con naturalidad provinciana. Las nubes no cesan de fluir en un incesante trasiego y apenas dejan entrever algún rayito de sol que otro. Y, por supuesto, el río Arlanzón; y también el río que nos lleva, el río de la vida. Aunque desde mi pecera laboral parece que se ha detenido el tiempo aunque afuera todo transcurra con natural fluidez, y ya dudo de si deseo detener el tiempo para pensar o dejarme arrastrar por la corriente temporal. No lo sé muy bien.

Y en estas fluideces mentales andaba yo, cuando salí del cine de ver una buenísima y estupendísima película, que desde ya os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver. Se trató de "El principio de Arquímedes", de Gerardo Herrero, y con Marta Belaustegui, Roberto Enríquez, Alberto Jiménez, y Blanca Oteyza.

Historia de dos amigas treintañeras (y de sus respectivos maridos) que desean lo que no tienen, desean lo que tiene la otra; y de que a veces es peligroso desearlo pues se corre el grave riesgo de que se cumpla el deseo. El guión es inteligente y está hecho con precisión cartesiana, bueno, "arquimediana".

El principio de Arquímedes, que empapa toda la historia, dice más o menos así: "Todo cuerpo sumergido en un fluido pierde parte de su peso, o sufre un empuje de abajo a arriba, igual al del volumen del líquido que desaloja". Por supuesto la historia va más allá del principio físico, y subyacen implicaciones metafísicas (personales, sociales, laborales, ...).

Además de lo ya comentado de desear lo que no se tiene, nos habla de trepas laborales, que desalojan tanta humanidad, en relación directamente proporcional, a la cantidad energía cinética necesaria para ascender, mayor cuanto más se sube. También del equilibrio en la solución de compromiso entre vida laboral y familiar, es decir, uno desaloja tanto fluido familiar como el necesario para flotar laboralmente. Y ya dejo de enumerar las variadísimas implicaciones metafísicas del principio de Arquímedes que nos deja entrever la película, que también están en relación con el amor, la amistad, y con casi cualquier otra faceta de nuestras vidas. Vamos, que os estoy invitando a que las descubráis vosotros mismos.

Pues para que en nuestro río vital no haya más atascos y atolladeros de los necesarios, y todo fluya con la mayor naturalidad, ahí van unas pildoritas de sabiduría ajena:

- "Después de todo, el trabajo es todavía el mejor medio de escamotear la vida". (Gustave Flaubert).

- "Ningún medio para prosperar es más rápido que el de los errores ajenos". (Francis Bacon).

- "El día que las desgracias hayan aprendido el camino de tu casa, múdate". (Palacio).

- "Bien es el mal cuando viene sin venir acompañado". (refrán).

- "No te impacientes, que vendrá el tiempo de lo que tú has elegido, y poseerás la eternidad para vivirlo". (Jean Charron).

- "El matrimonio es al amor lo que el vinagre al vino. El tiempo hace que pierda su primer sabor". (Lord Byron).

- "Casarse por segunda vez ... es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia". (Samuel Johnson).

- "Amar la vida es amar el cambio, la corriente, el perpetuo movimiento. El vitalista no ha domesticado la vida con sus hábitos porque sabe que la vida es algo mucho más fuerte que uno mismo". (Maite Larrauri).

Besos y abrazos,

Don.
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