miércoles, 26 de noviembre de 2008

Estampas matutinas que inquieren

¡Buenos días!

Otra fría, muy fría mañanita de otoño, con sol y nubes y que, gracias al gelidísimo ventarrón, es clara y diáfana como el cristal. Precisamente, a través del cuadro acristalado de mis ventanales continúo viendo esplendorosa a mi bien amada ribera del Arlanzón, con tal contraste lumínico que ya dudo de si soy quien la admira o quien es admirado y examinado concienzudamente por ella, interrogándome con silencioso apremio y tratando de husmear mis más leves pensamientos sobre mis adoradas y adorables hadas y ninfas ribereñas.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo la coproducción grecoespañola "El Greco", de Yannis Smaragdis, y con Nick Ashdon, Juan Diego Botto y Laia Marull. Rodada en Grecia y con banda sonora de Vangelis, está basada en un libro de Dimitris Siatopoulos titulado "El Greco. El pintor de Dios". Este biopic nos cuenta una recreación de la vida de Doménikos Theotokopoulos, "El Greco", nacido en Creta, que pasó por el taller veneciano del maestro Tiziano, y que acabó en España, donde pintó casi toda su obra, la mayoría de temática religiosa, que era lo dominante de la época (el reinado de Felipe II). Este pintor se caracterizó, creando su propio estilo contra viento y marea, por una sobriedad y austeridad en el color y en la técnica, y por una estilización de las figuras.

Entre buena y muy buena película, que empezó no gustándome apenas, pero que al final sí, y que nos cuenta, a través de la disputa entre "El Greco" y el Gran Inquisidor de la época, la lucha de un arte libre de injerencias contra los poderes fácticos que tratan de ponerle cortapisas (en esa época el clero). Poderes que en origen fueron sus mecenas pero que al poco consideran un peligro para su poder. Y esto llega a su más absurdo culmen en la delirante época de la opresiva Inquisición, donde en cuyos juicios se trataba de hacer razón de la religión, el mismísimo paradigma de lo irracional, lo ilógico y lo inverosímil, que en su fanático retorcimiento no provoca otra cosa que ceguera, en todos los sentidos. Que en la religión se cree o no se cree, y punto. Y yo no creo.

Ahora, para ayudaros con vuestras indagaciones vitales, nada como un poquito de sabiduría ajena, comenzando por dos citas que reitero de muy recientes matutinos por lo adecuadas al caso:

- "Hereje no es el que arde en la hoguera. Hereje es el que la enciende". (William Shakespeare).

- "Las religiones no han salvado nunca al mundo, han sido siempre motivo de división. Dios ha sido utilizado como excusa para los delitos más crueles y como instrumento de prevaricación sobre los más débiles". (Ermanno Olmi).

- "Creer solamente en lo posible no es fe, sino mera filosofía". (Thomas Browne).

Entonces, soy un mero filósofo ... pero, ¿uno de los simples e insignificantes; o uno de los que boquea bajo y sobre el agua del río, tiene agallas y, además, poca memoria? ... ??? ... ya me diréis ... de momento continúo con los otros ...

- "El mal está solo en tu mente y no en lo externo. La mente pura siempre ve sólo lo bueno en cada cosa, pero la mala se encarga de inventar el mal". (Goethe).

- "La ciencia es para el mundo moderno lo que el arte fue para el antiguo". (Disraeli).

- "Se puede ser más hábil que los demás, pero es peligroso darlo a entender". (Coeuilhe).

- "El genio significa, ante todo, transcendente capacidad para el sufrimiento". (Carlyle).

- "¿Qué es el arte? Si lo supiera, tendría buen cuidado de no revelarlo. Yo no busco, encuentro". (Picasso).

- "No hay normas o muestras para la producción de una gran obra de arte. No sería arte sino fabricación a medida". (John Ruskin).

- "Los grandes espíritus siempre han encontrado violenta oposición por parte de los mediocres. Estos últimos no pueden entender como un hombre no sucumbe sin pensar a prejuicios heredados, sino que, honestamente y con coraje, usa su inteligencia". (Albert Einstein).

Besos y abrazos,

Don.
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