miércoles, 26 de abril de 2023

Enjambre de matutinos especiales

¡Buenos días!

Cual abejorro zumbador, quizá zumbón, revoloteo por entre este y cualesquiera de los otros matutinos según me van floreciendo, tratando de aprovechar su néctar, tan rico, tan distinto en cada ocasión, por muy parecidos que sean, que cada uno tiene sus peculiaridades, pero en conjunto siempre están en buena armonía. Pues empiezan a parecerme multitud, por pocos que todavía hayan sido, estos días de calurosa primavera, muy calurosa, casi tanto como en el mismo verano, ¡y estamos todavía en abril! Sol a raudales, y 28ºC de máxima prevista para hoy por los madriles... y subiendo en próximos días.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "20.000 especies de abejas" (2023), de Estibaliz Urresola Solaguren, y con Sofía Otero, Patricia López Arnaiz, Ane Gabaraín e Itziar Lazkano. Es la primera película de esta directora.

Una mujer, en plena crisis profesional y matrimonial, se traslada junto con sus tres hijos a pasar unos días de veraneo en el pueblo donde viven su madre y su tía, que se dedica a la cría de abejas. El menor de sus hijos, de ocho años, al que todos llaman Aitor, no se identifica como tal, no se reconoce en ese nombre, tiene la sensación de que su biología no concuerda con lo que cree que es, le gusta llevar pelo largo, y tiende a juntarse con niñas. Junto con el resto de su familia deberá enfrentarse a sus miedos e incertidumbres.

Película que poco me llegó (nota: 4), por muy loables intenciones que contenga, que me pareció (y lo era) demasiado larga, y hablada en castellano y euskera, bilingüismo que sentí como algo artificioso (aunque para su cineasta seguro no lo será), cosa que me ocurre con la mayoría de películas bilingües que veo, especialmente las españolas, que les falta naturalidad en la alternancia de idiomas y de encajarlos cuando me parece lógico (lógicamente es una sensación personal y opinable). Me gustó mucho, como suele, la actuación de su protagonista adulta (Patricia). Historia, narrada con delicadeza, sin aspavientos, aunque su modo de hacerlo no me convenció, sobre el despertar a la conciencia de quien es, de un niño (por biología) transgénero, que siente ser niña, de su identidad y de su descoloque con las expectativas de los demás, y sobre todo de cómo afectan estas cuestiones a su entorno más cercano, el familiar, y sobre todo a su madre, tan descolocada como su hijo-hija, y de su sufrimiento y como sobrellevarlo y gestionarlo con bien. Y de saber escuchar atentamente.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, solo dos, no un enjambre, especiales, que tal vez polinicen nuestras mentes:

 - "Me moriré de viejo y no acabaré de entender al animal que llaman hombre; cada individuo es una variedad dentro de su especie".  (Miguel de Cervantes).

 - "Vinimos al mundo para hacer algo único y especial. Si no lo hacemos nosotros, jamás se hará".  (Benjamín E. Mays).

Besos y abrazos,

Don.

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