miércoles, 20 de octubre de 2021

Matutinos en un segundo

¡Buenos días!

Con ese ratito creo que me bastaría, con tan solo un segundo diario dedicado a ellos, porque como cierta vez oí decir a no recuerdo quien, si personaje real o de película: "hay veces en la vida en que un segundo se te hace eterno; en otras, parpadeas y han pasado veinte años". Pues además no es cuestión de cantidad sino de calidad de los breves momentos placenteros. Y un eterno instante, no ya parecen, sino que son estos varios días de suavísimo otoño, más o menos soleados, según se tercie, y con temperaturas más altas de lo que suele ser normal por estas fechas. Hoy tendremos 24ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un segundo" ("Yi miao zhong", 2020) dirigida por Zhang Yimou, y con Zhang Yi, Liu Haocun, y Fan Wei. De este director chino, excelentísimo maestro del cine, había visto hasta ahora más de la mitad de sus films (me faltan la gran mayoría de los del siglo pasado y unos pocos de este), a saber: "Sombra" ("Ying", 2018), "Regreso a casa" ("Gui lai", 2014), "Las flores de la guerra" ("Jin ling shi san chai", 2011), "Amor bajo el espino blanco" ("Shan zha shu zhi lian", 2010), "Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos" ("San qiang pai an jing qi", 2009), "La maldición de la flor dorada" ("Man cheng jin dai huang jin jia", 2006), "La casa de las dagas voladoras" ("Shi mian mai fun", 2004), "Hero" ("Ying ziong", 2002), "Happy times" ("Xingfu shiguang", 2000), "El camino a casa" ("Wo de fu qin mu qin", 1999), "Ni uno menos" ("Yi ge dou bu neng shao", 1999), y "La linterna roja" ("Da hong deng long gao gao gua", 1991).

Durante la Revolución Cultural china (años 60 y 70) millones de chinos disidentes fueron enviados a campos de trabajo forzado. De uno de estos campos, en el remoto y desértico noroeste del país, se escapa uno de los convictos con la intención de llegar al pueblo más cercano, pues le han dicho que allí proyectarán una película, en cuyo noticiario previo aparece fugazmente su hija adolescente, a la que hace años que no ve (por estar preso). Cuando consigue localizar los rollos de celuloide y se dispone a robar el que le interesa, aparece una niña vagabunda y se le adelanta. Ambos desean el carrete pero por diferentes motivos, y en su lucha por conseguirlo se irá estableciendo una peculiar relación entre los dos.

Una buena película en general (nota: 6), que vi sin desagrado, salvo algunos flecos, y que me decepcionó un poco dada la muy alta estima en que tengo las películas de este magno director. Las maneras formales y la belleza visual tan excelentes como siempre, pero la historia no me acabó de convencer del todo. Tal vez fuera debido a lo que dicen de que fue adulterada en su país, por sus censores, que debieron alterar en algo la historia original. Es toda una declaración de amor al cine, como público asistente y como profesional del asunto, a esos espectadores encerrados en una sala oscura para evadirse de la cruda realidad; con momentos de acción, divertida, mucho en algunos momentos, aunque algunos gags y situaciones me parecieron algo simplones, y con su puntito de emotividad.

Pues en un pispás pasamos sin más a las citas de sabiduría ajena, con la petición de que os toméis vuestro tiempo para disfrutarlas:

 - "La fotografía es la verdad. El cine es la verdad veinticuatro veces por segundo".  (Jean-Luc Godard).

 - "Un instante de gozo del corazón vale más que dos horas de placer de los sentidos".  (August von Kotzebue).

 - "El destino a veces suele cumplirse en pocos segundos, y aquello que durante años se ha buscado no lo concede un dichoso azar".  (Franz Schubert).

Besos y abrazos,

Don.

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