No
encuentro explicación alguna al porqué de la fructífera simbiosis entre los
matutinos y yo, ni al porqué aparecieron en mi vida, amén de que casi ni
recuerdo como eran en sus principios, si más ingenuos, más toscos, o justo lo
contrario. Es bastante probable, sin embargo, que ellos piensen exactamente lo
mismo de mí. Por lo demás, la primavera ha vuelto a reencontrarse consigo misma
pues llevamos varios días de volubles vaivenes, alternando uno, o unos pocos
días, de calor rayano con el verano, con otros mucho más frescos. Si este
pasado fin de semana llegábamos a los 30ºC de máxima, la prevista para hoy es
de 20ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo una de animación, con la técnica
stop-motion. Se trató de "Mr. Link. El origen perdido"
("Missing Link"), de Chris Butler. Segundo largo de este director, de
quien había visto su anterior, "El alucinante mundo de Norman" ("ParaNorman",
2012). Ambos han sido producidos por el estudio de animación Laika, de quienes
había visto otros dos de sus anteriores: "Los mundos de Coraline" ("Coraline", 2009)
de Henry Selick, la primera película del estudio; y "Kubo y las dos cuerdas mágicas" ("Kubo and the
two strings", 2016) de Travis Knight. Además está "Los
Boxtrolls" ("The Boxtrolls", 2014) de Graham Annable y Anthony
Stacchi, la única que no he visto todavía.
Un
aristócrata británico, investigador y aventurero especializado en descubrir
míticos monstruos, tras su última expedición al lago Ness en la que no pudo
aportar pruebas de la existencia del bicho a pesar de toparse con él, enésimo
fracaso, se embarca en averiguar si existe realmente el sasquatch, primo
hermano del yeti del Himalaya, en los profundos bosques del norte de
Norteamérica, del que la leyenda dice que es el eslabón perdido entre el mono y
el hombre. Lo encuentra sin problemas, pues la criatura, triste último espécimen
de su familia, en realidad lo buscaba a él, para que le ayude a reencontrarse
con sus lejanos parientes del Himalaya y así mitigar su soledad. Contarán con
la ayuda de una intrépida aventurera que posee el único mapa conocido para
localizarlos.
Una
estupenda película (nota: 8), muy divertida y entretenida, para niños, de
los que están en esa edad y de los que, teniendo mucha más y habiendo
evolucionado (se supone), no la han extinguido del todo de su mente. Una de
aventuras, de colegas, que nos habla de compañerismo, de ponerse en el lugar
del otro, de empatía, en definitiva, de encajar en el mundo, de pasar de la
soledad a la compañía, a la buena compañía.
Ahora
toca encadenarse a la sabiduría ajena, mediante estas citas que he encontrado
por ahí:
- "Aunque la cadena es larga, cada
eslabón suena a cosa cierta".
(Arthur Conan Doyle).
- "La vida orgánica ha ido evolucionando
gradualmente del protozoo al filósofo y esta evolución nos aseguran que
representa un tremendo progreso. Desgraciadamente quien lo asegura es el
filósofo, no el protozoo".
(Bertrand Russell).
- "Creo que he encontrado el eslabón
perdido entre los animales y el homo sapiens: nosotros". (Konrad Lorenz).
Besos
y abrazos,
Don.
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