martes, 9 de junio de 2009

Mis mundos matutinos

¡Buenos días!

No deberían parecerme del otro mundo estas inclemencias climáticas ribereñas, sobre todo teniendo en cuenta que aún no llegó el 40 de mayo (es mañana), que ya sabéis lo del refrán ese: "Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo". El caso es que llevamos varios días, especialmente estos dos últimos, en los que no se ve el sol apenas, llueve, hace frío, mucho viento y se siente una terrible destemplanza. Esta mañana había 6ºC, al mediodía rondábamos los 15ºC y no creo que pasemos de los 20ºC, siempre con el insidioso y desabrido ventarrón de estas tierras ... y eso que quedan menos de dos semanas para el solsticio de verano (el próximo domingo 21 de junio a eso de las seis menos cuarto de la mañana). Con estos desapacibles condicionantes climáticos, no me queda otra que refugiarme en mis mundos ribereños de cada mañana, siempre poblados de hadas y ninfas, que casi desde que el mundo es mundo (el matutino) me reconfortan y alivian.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película de animación que usa la artesanal y muy laboriosa técnica del stop-motion, es decir, animación con marionetas manipuladas fotograma a fotograma. Se trató de "Los mundos de Coraline" ("Coraline"), de Henry Selick, y basada en una novela gráfica de Neil Gaiman. De este director ya había visto "Pesadilla antes de Navidad" (1993), ya un clásico, sobre una historia de Tim Burton; también ha dirigido "James y el melocotón gigante" (1996), basada en un cuento de Roald Dahl, que no he visto y tengo pendiente de ver. Antes que nada decir que "Coraline" me encandiló, y eso a pesar de que "Pesadilla..." no me gustó demasiado, con lo que tendré que revisitarla y ver también la del melocotón, que todas las adaptaciones al cine de cuentos de Roald Dahl que he visto me han encantado.

Nos cuenta la historia de Coraline, una niña de mucha imaginación y curiosidad desbordante que acaba de mudarse con sus padres (quienes parece que no le hacen demasiado caso) a un nuevo vecindario, que le resulta bastante aburrido, pero su inquieta mente le hace explorar. Termina por descubrir una pequeña puerta que la llevará a otra realidad paralela, parecida a la real, pero mucho mejor (en apariencia), un fantástico mundo con unos clónicos padres que la tratan estupendamente ... pero que tienen botones por ojos. Al poco verá que no es oro todo lo que reluce, que las apariencias engañan, que el césped siempre parece más verde en el jardín vecino, como dice el proverbio irlandés.

No es exactamente una película para niños, al menos niños demasiado pequeños, que para los más mayores es muy recomendable. Me recordó en bastantes detalles a "El viaje de Chihiro" (su matutino pinchando aquí), que a su vez es una libre recreación de "Alicia en el país de las maravillas", de Lewis Carroll, como sucede con la historia de Coraline, que nos traslada a un onírico mundo, lleno de más o menos absurdos retos, proceso tras el cual termina por madurar nuestra niña, al asumir que la rutinaria vida cotidiana es mediocre y que la efímera felicidad se consigue, a ratos, tras un constante esfuerzo, nada de mundos paralelos de alegrías sin fin, que terminan siendo mucho más terroríficos a la postre. Por tanto, os la recomiendo encarecidamente a todos, mayores y pequeños (estos no demasiado pequeños).

Ahora un poquito de sabiduría ajena que mejor nos ayude a entender este mundo:

- "Los cuentos de hadas son más que ciertos, no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos". (G. K. Chesterton).

- "Nuestro cerebro es el mejor juguete que se ha creado. En él se encuentran todos los secretos, incluso el de la felicidad". (Charles Chaplin).

- "Solamente se aprende divirtiéndose. El arte de enseñar no es sino el arte de despertar la curiosidad entre los jóvenes para satisfacerla después. Para digerir la ciencia, es necesario haberla devorado con apetito". (Anatole France).

- "El amor de los padres no vacila, como sucede con el amor de los corazones jóvenes; se asienta profundamente y permanece constante, y si en ocasiones parece desvanecerse, vuelve a resurgir de modo espontáneo y natural". (Gustav Freytag).

- "Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta y gozamos poco de lo mucho que tenemos". (William Shakespeare).

- "Siempre suspiramos por visiones de belleza, siempre soñamos mundos desconocidos". (Máximo Gorki).

Amén. Besos y abrazos,

Don.
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