La
mañana va a empezar, la luz nos va abrazando poco a poco, invitándonos
dulcemente al amor, besándonos por donde nos despereza, lo que tal vez haga que
nos arrebatemos a poco que nos entreguemos, y estos días de primavera a fe mía
que invitan a ello, a disfrutar hasta su mismísimo último hálito de luz que se
elevará en busca de las estrellas, sean de la noche o de la sala oscura.
Crepúsculos de amanecer y anochecer que se tocan desde sus extremidades
abiertas de par en par, en pos del otro, y vuelta a empezar al próximo día. De
momento, hoy seguimos con nubes, sol y 24ºC de térmica placidez primaveral por
los madriles en los alrededores del cenit solar.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Las estrellas de cine no
mueren en Liverpool" ("Film stars don't die in
Liverpool"), de Paul McGuigan, basado en las memorias de Peter Turner, el
protagonista masculino de esta película, y con Annette Bening y Jamie Bell. Es
el primero de los largos que veo de este director británico.
En
septiembre de 1981 Peter Turner, un actor británico de teatro de treinta años
que vive en Liverpool, recibe una llamada inesperada en la que le comunican que
su ex amante, una veterana actriz de Hollywood en horas bajas que llegó a ganar
un Óscar como mejor secundaria en los años 50, y casi treinta años mayor que
él, Gloria Grahame, ha sufrido un desvanecimiento cuando iba a representar una
obra de teatro en una ciudad cercana. Se niega a ser llevada al hospital y que
llamen a su familia en Estados Unidos, así que él le ofrece irse a descansar y
recuperarse a la casa en la que vive con sus padres en Liverpool. Allí él
rememorará los momentos que pasaron juntos, su amistad y apasionado romance,
desde que se conocieron casualmente dos años atrás hasta que rompieron pocos
meses antes.
Una
buena película (nota: 6), que vi con agrado, este sosegado drama
romántico de nostálgica pátina que fluye serenamente, sobre el encuentro de dos
almas que conectan al instante, que entablan amistad y luego se enamoran
sinceramente en el crepúsculo de sus afectos, el del final de una y casi el del
principio del otro. Y que aunque se separen, y rompan, siguen conectados por
estrechos lazos de afecto a los que acudir cuando es necesario.
Ahora,
antes de apagar la luz de este matutino, unas citas de sabiduría ajena a modo
de tenues estrellas que nos iluminen las entendederas sin deslumbrarnos:
- "La ignorancia es la noche de la mente:
pero una noche sin luna y sin estrellas".
(Confucio).
- "No eres una estrella hasta que no
saben escribir tu nombre en Karachi".
(Humphrey Bogart).
- "Si ves las estrellas brillar, sal,
marinero, a la mar". (Refrán).
- "Ir sin amor por la vida es como ir sin
estrella por el mar [...]".
(Stendhal).
- "El amor mueve el Sol y las
estrellas". (Dante Alighieri).
Besos
y abrazos,
Don.
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