Otra
mañana más en la que me meto en estos matutinos, corriendo hacia poniente para
no perderme el levantino amanecer visto con lejana perspectiva, de tal modo que
los árboles no me impidan ver el bosque en toda su esplendorosa plenitud. Y
hace calor, cada vez más, a tres días de que el verano se enseñoree
oficialmente del calendario, y nos marque con su arrogante tiranía lo que a él
le plazca, sofocándonos con su agobiante calor. Hoy, de momento, fuera aún de
sus dominios, se le soporta todavía con amabilidad: 33ºC de máxima prevista
para hoy por los madriles.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Western", de
Valeska Grisebach, y con Meinhard Neuman, Reinhardt Wetrek, Syuleyman Alilov
Letifov, Veneta Frangova, y Vyara Borisova. Es el tercer largo, y primero que
veo, de esta directora alemana.
Una
cuadrilla de obreros alemanes se desplaza a un remoto lugar de Bulgaria, casi
en la frontera con Grecia, para construir una presa para una pequeña central
hidroeléctrica que dé servicio a los pueblos de la zona. De entrada, los
arrogantes teutones, llenos de prejuicios, especialmente el prepotente capataz,
tratan de imponer sus reales cual si fueran superiores, desconfiando de los
aldeanos, quienes también les miran con recelo. Sin embargo, uno de los
forasteros, solitario, lacónico y taciturno, baja al pueblo cercano cada vez
que tiene descanso y, a pesar de no entender el lenguaje de los lugareños, y
viceversa, va entablando una especial y respetuosa relación con los nativos, de
igual a igual, integrándose con naturalidad.
Una
buena película (nota: 6) este drama de dosificada tensión con las
maneras del género cinematográfico al que alude su título y que se desarrolla
con buen empaque. Sin embargo, salvo algunos cuantos momentos excelentes, su
ritmo pausado y estilo seco y minimalista me lastró algo, especialmente al
principio, hasta que entré en ella. Todos sus actores son no profesionales,
cual si interpretaran un docudrama, pero buena parte de ellos pasarían por
profesionales.
Como
todo buen western que se precie, va de machotes, con la testosterona latiendo a
flor de piel, sin ir más allá las más de las veces... y tomad nota, está
escrito y dirigido por una mujer que ha leído muy bien entre líneas, nos ha
calado a los del sexo opuesto. Además es un certero análisis crítico, hecho con
sutileza y sin aspavientos, de esta no siempre bien amalgamada Europa nuestra,
plena de prejuicios y prepotencias de algunos, cuando no desprecio descarado y
xenofobia latente, y que necesita de más respeto, de aceptar al otro como
igual, que es lo que es, por mucho que venga de fuera; y es más, nos
enriquecerá con sus bagajes, y viceversa. Esto vale para el todo y sus partes,
y para otras regiones del mundo.
Bueno,
pues cabalgando, cabalgando, hacia cualquier punto cardinal, que da lo mismo,
que la Tierra es redonda y no plana, y antes de descabalgarme de este matutino,
ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena que nos ayuden a dar volumen y
perspectiva a nuestras entendederas:
- "Las fronteras no son el este o el
oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un
hecho". (Henry David Thoreau).
- "Cada aspecto de la cultura occidental
necesita un nuevo código ético -una ética racional- como condición previa para
el renacimiento". (Ayn Rand).
- "¿La civilización occidental? Bueno,
sería una excelente idea". (Mahatma
Gandhi).
Besos
y abrazos,
Don.
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