¡Buenos
días!
Estos
eternos días de sofocante verano casi cuarentón que estamos sufriendo
últimamente y parecen no tener fin, sí que se corresponden con lo propio de
estas fechas, no obstante no ceso de añorar días mucho más frescos, aunque sea
fuera de lugar y estación, esos que tanto me gustan y por los que bebo los
vientos, como hago con mis hadas y ninfas matutinas que tanto bien me procuran,
y viceversa, en mutua correspondencia, no de la de escribir, que para eso ya
plasmo mis anhelos en estos matutinos, cual carta al albur de los virtuales
vientos informáticos, con la esperanza de que se distribuyan por el universo, y
sean semilla de otros paralelos.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La correspondencia"
("La corrispondenza" - "Correspondence"), de Giuseppe
Tornatore, y con Olga Kurylenko y Jeremy Irons. De este director italiano había
visto algunos de sus anteriores films: la archifamosa "Cinema
Paradiso" (1987), "Malèna" (2000), y las estupendas "La desconocida" ("La sconosciuta", 2006) y
"La mejor oferta" ("La migliore offerta" - "The
best offer", 2013).
Una
estudiante de astrofísica, a punto de terminar su doctorado, y que trabaja como
especialista de cine en escenas de acción, arriesgando su vida en ello, está
locamente enamorada, y viceversa, de un maduro hombre que fue uno de sus
profesores de universidad. Desde hace casi seis años mantienen una relación a
distancia, pues apenas se ven cara a cara, a través de correspondencia, sea a
través del clásico papel, o multimedia, mediante llamadas, "guasaps",
o videoconferencias. Un día él desaparece, pero sigue dando señales de vida a
través de los continuos mensajes de amor que sigue enviándole, y ella,
intrigada, después de asumirlo, iniciará una desesperada búsqueda de respuestas
a su ausencia, reconciliándose de paso con su traumático pasado.
Una
muy buena película (nota: 7) este melodrama romántico, a pesar de sus
altibajos. Historia de un amor excelso, más irreal que creíble, más allá del
acá y del ahora, pero que terminó por engancharme. Se establecen
correspondencias entre el amor inmortal y la aparente eternidad estelar, y del
cosmos en general, pues los astros también nacen, tienen su esplendor y se
evaporan para dar vida a nuevas estrellas y universos.
Ahora
algo de sabiduría ajena, unas citas a modo de minimensajes que nos ayuden a
fluir en nuestro cósmico devenir:
- "Una carta es un soliloquio, pero una
carta con postdata es ya una conversación". (Lin Yutang).
- "Escrita la carta, el mensajero no
falta". (Refrán).
- "El amor no vive mucho tiempo de dulces
miradas y de cartas de amor".
(George Sand).
- "Me llamas tu vida, llámame tu alma;
porque el alma es inmortal, y la vida es un día". (Paul Charles Bourget).
Besos
y abrazos,
Don.
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