¡Buenos
días!
No
espero un minuto más y me pongo a la tarea matutina, siempre con renovado
optimismo suceda lo que suceda, y desparramo aquí mis desvaríos mañaneros, ilusiones
no sé si multidimensionales, que realmente creo ver, y proyecto todo lo que
pasa por mi cabeza sobre el plano bidimensional de una hoja en blanco con algo
de negrura... en las letras escritas, que no en su composición escrita... eso
espero. Sigue haciendo mucho calor, con máximas rondando los 35ºC, y ya con el
seso sorbido y recocido trato de extraerle las últimas gotas de humor a la
cosa, no sé si del sudoroso o del gracioso.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Esperando al rey"
("A hologram for the king"), de Tom Tykwer, basada en la novela
homónima (en inglés) de Dave Eggers, también coguionista junto con el director,
y con Tom Hanks, Alexander Black, Sarita Choudhury, y Sidse Babett Knudsen. De
este director alemán había visto sus cuatro más recientes films anteriores:
"El atlas de las nubes" ("Cloud atlas",
2012), "Three" ("Drei", 2010), "The international (Dinero en la sombra)" ("The
international", 2009), y "El perfume. Historia de un asesino" ("Das parfum.
Die geschichte eines" o "Perfume. The story of a murderer",
2006).
Un
alto ejecutivo norteamericano venido a menos, tanto en su vida profesional como
familiar, pues arruinó con sus decisiones a la anterior empresa en la que
trabajaba, y en la actual es un empleado más del montón, y se acaba de
divorciar y tiene que tratar de vender su casa (con el mercado inmobiliario
colapsado por la crisis) para poder pagar la universidad de su hija, con la que
trata de no perder el contacto, es enviado por su nueva empresa, quien le da
una última oportunidad, a Arabia Saudí para tratar de vender al rey un nuevo y
avanzado sistema tecnológico de telecomunicación mediante hologramas. A su
llegada es todo un desastre: nada de lo que le prometieron en las negociaciones
previas se cumple, choca contra la burocracia y las caóticas costumbres
locales, impenetrables y desconcertantes para él, y no consigue apenas avanzar
en sus gestiones. Pero a pesar de sus penurias trata de irradiar un forzado
optimismo para conseguir vender el producto.
Una
muy buena película (nota: 7), que vi con mucho agrado, esta comedia de
mirada perpleja, a ratos absurdamente surrealista, y con algún toque de
melodrama, que nos retrata las venturas y desventuras del protagonista, perdido
en su vida y en medio del desierto, esperando a un rey que puede salvar su
futuro, y que nunca llega. Como lejano eco subyace cierta sorna crítica sobre
nuestro sistema económico actual, con constantes síntomas de tambaleo que
amenazan derrumbe (burbujas inmobiliarias y demás). A pesar de tan negros
augurios, puede haber ciertos síntomas de esperanza, y tal vez nuevas
oportunidades.
Ahora
algo de sabiduría ajena que espero nos ayude a separar lo real de lo ilusorio:
- "Palabra de rey, siempre se cumplía;
pero eso era en otros días".
(Refrán).
- "El poder absoluto fue y será siempre
la causa de la decadencia y de las desgracias de los pueblos, que tarde o temprano
llegan a padecer los mismos reyes".
(Barón de Holbach).
- "Quien espera, desespera; y quien
viene, nunca llega". (Refrán).
- "El que vive esperando morirá
ayunando". (Benjamín Franklin).
- "Hay que esperar cuando se está
desesperado, y andar cuando se espera".
(Gustave Flaubert).
- "En última instancia, todo tiene
arreglo, menos la dificultad de ser, que no lo tiene". (Jean Cocteau).
Besos
y abrazos,
Don.
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