¡Buenos
días!
Otra
jornada más de muy caluroso verano nos espera, con vespertinos amagos
tormentosos, cuando al atardecer el cielo se nos vuelva a cuajar de gris, y las
nubes amenacen, con truenos, rayos y centellas, desmenuzarse en multitud de
gotitas, o gotazas, o directamente lo hagan sin advertencias, llorando quien
sabe qué penas, para volver a reconstruirse a la siguiente. El perpetuo ciclo
natural de destrucción y creación, que es necesario lo uno para lo otro y
viceversa.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Demolición"
("Demolition"), de Jean Marc Vallée, y con Jake Gyllenhaal, Naomi
Watts, Chris Cooper, Judah Lewis, y Heather Lind. De este magnífico director
canadiense ya había visto anteriormente sus cinco más recientes films: "Alma salvaje" ("Wild", 2014), "Dallas buyers club" (2013), "Café de Flore" (2011), "La reina Victoria" ("The young Victoria",
2009), y "C.R.A.Z.Y." (2005).
Un
exitoso corredor de bolsa que trabaja en la empresa financiera de su suegro,
acaba de perder a su joven mujer en un accidente de tráfico. Aunque ante los
demás parece que lo lleva con entereza, queda sumido en un extraño shock y
desconcertado por su desconexión emocional ante lo sucedido. Es incapaz de
llorar ni sentir nada, y comienza a comportarse de un modo muy raro,
desmontando compulsivamente todo tipo de objetos, yendo cada vez a más, incluso
destrozándolos. Al escribir una carta de reclamación comercial por un mal
servicio de una máquina expendedora, va explayándose y contando su vida y
sincerándose a alguien desconocido. Tras esa larga carta, continúa con toda una
serie en la que sigue relatando sus vivencias más íntimas. La responsable del
servicio de atención al cliente, intrigada y fascinada por tales cartas, y que
siente casi tanta desolación vital, decide ponerse en contacto con él. Ambos
establecerán una muy peculiar conexión emocional.
Una
muy buena película en general (nota: 7), con sus más y sus
menos, que comenzó estupenda, cautivándome sus muy extraños, desconcertados y
desconcertantes personajes y situaciones, y que se me fue desmoronando algo
conforme avanzaba para terminar por rehacerse un poco al final. Algo similar a
lo que tiene que hacer el autodestructivo personaje, que comienza desmontando y
destrozando objetos antes de tomar conciencia que debe hacer lo mismo consigo
mismo para conseguir reconstruir y rehacerse una nueva vida, y conseguirá
reconectarse emocionalmente a la vida gracias a la mujer que lee sus cartas y
al muy peculiar hijo de ésta.
Ahora
en la sección de sabiduría ajena os dejo una cita, y un trozo de poema, a modo
de primera piedra y algo de argamasa a partir de los cuales podamos construirnos
y reconstruirnos:
- "En esta vida es fácil morir. Construir
la vida es mucho más difícil".
(Vladimir Maiakovski).
- "No te rindas, aún estás a tiempo
De
alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar
tus sombras,
Enterrar
tus miedos,
Liberar
el lastre,
Retomar
el vuelo.
No
te rindas
que
la vida es eso,
continuar
el viaje
perseguir
tus sueños,
destrabar
el tiempo,
correr
los escombros
y
destapar el cielo [...]". (Mario
Bendetti).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario