¡Buenos
días!
Está
aquí, pero se me escapa de entre los dedos, se me escurre por entre mis
sinapsis neuronales, y tengo que atraparlo para ponerlo negro sobre blanco, o
los colores que os plazca, y sentirme realizado una mañanita más, con la
sensación del deber cumplido, y a seguir galopando adelante a través del tiempo
que nos toca vivir. Hoy de caluroso verano, con un despiadado sol sin medida, y
máxima prevista de 33ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Mi hija, mi hermana"
("Les cowboys"), de Thomas Bidegain, y con François Damiens, Finnegan
Oldfield, Agathe Dronne, Ellora Torchia, y John C. Reilly. Es el debut como
director de este también guionista, de quien ya había visto algunas de sus
escrituras fílmicas, a saber, "Un profeta" ("Un prophète", 2009) de Jacques
Audiard, "De óxido y hueso" ("De rouille et d'os",
2012) de Jacques Audiard, "Perder la razón" ("À perdre la raison",
2012) de Joachim Lafosse, "La familia Bélier" ("La famille Bélier",
2014) de Eric Lartigau, y "Dheepan" (2015) de Jacques Audiard.
En
una zona rural al este de Francia se reúne habitualmente un grupo de amantes
del estilo de vida del Oeste americano y aficionados a la música country. En la
fiesta vaquera se encuentra una familia, matrimonio y dos hijos. El padre baila
con la hija adolescente mientras la madre y el hijo menor los miran. Al poco la
joven desaparece sin dejar rastro y la familia se desmorona ante la obsesiva e
infructuosa búsqueda del padre, acompañado por su hijo, por diversos lugares de
Francia y del resto del mundo a lo largo de varios años. Cuando el padre
fallezca, el hijo continuará con su labor.
Una
buena película (nota: 6) este drama con maneras de western, contenido,
de bonita fotografía, que empezó no diciéndome gran cosa pero que al final me
enganchó, y que recuerda a "Centauros del desierto" ("The
searchers", 1956) de John Ford, aunque llevado a nuestra época, donde la
chica secuestrada huye voluntariamente con su novio islamista, los indios son
los talibanes, y los vaqueros los occidentales (en general). La odisea
buscadora de padre e hijo deja un poso de crítica a la intolerancia fanática,
tanto de los islamistas como de nuestra acomodada sociedad occidental, que
nadie está libre de pecado... y no cesamos de lanzarnos piedras.
Bueno,
ahora algo de sabiduría ajena, con unas citas que he ido encontrando por ahí y
que se dejaron convencer para pasar un rato por aquí:
- "Un hombre sabio construirá más
oportunidades que las que encuentra".
(Francis Bacon).
- "Es duro fracasar en algo, pero es
mucho peor no haberlo intentado".
(Ralph W. Emerson).
- "Seamos con nuestra vida como arqueros
que tienen un blanco".
(Aristóteles).
- "El verdadero buscador crece y aprende,
y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede". (Jorge Bucay).
Besos
y abrazos,
Don.
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