viernes, 20 de noviembre de 2015

Clan matutino

¡Buenos días!

Supongo que será el que formamos yo mismo con mis hadas y ninfas, que no son sangre de mi sangre, pero sí ideal de mis ideas, peregrinas las más de las veces, familia sin jefe que la guíe, aunque dejo constancia de parte de mi derrota vital, la victoriosa, en este cuaderno de bitácora matutino, siempre de tierra adentro, aunque eventualmente esté estos días a la vera del mar Mediterráneo, en otra apoteósica mañanita otoñal de sol a raudales, y máxima prevista de 21ºC, que me tiene secuestrado el ánimo, el buen ánimo de disfrutar de todo lo que me rodea gracias a su benefactor influjo.

Estuve en el cine viendo "El clan", de Pablo Trapero, y con Guillermo Francella y Peter Lanzani. Está basada en un caso real. De este director argentino había visto dos de sus anteriores films: "Elefante blanco" (2012), y "El bonaerense" (2002).

Primeros años 80 en Argentina. La dictadura está a punto de caer y llegará la democracia. Una familia aparentemente normal vive en una pequeña ciudad cerca de Buenos Aires. El patriarca, que ha trabajado para los servicios secretos de la dictadura secuestrando, torturando y haciendo desaparecer a gente opuesta al régimen, ante la nueva situación política (y económica, pues la deuda ahogaba al país) decide buscarse el sustento en "lo privado", haciendo lo mismo con gente rica de su entorno para pedir rescate monetario a sus familias, aprovechando la popularidad de su hijo mayor, estrella nacional del rugby, y sus relaciones con la alta sociedad.

Una muy buena película (nota: 7) este inquietante thriller, de ambiente opresivo, por momentos macabro, que a ratos te hiela la sangre, sobre este casi ejemplar padre de familia, pero también frío psicópata. Además, esta fabulación sobre esta real familia también puede verse como metáfora de la situación de ese país en su transición de la dictadura a la democracia durante los años 80, con unos pasivos cómplices (el resto del clan), ciegos, sordos y mudos; y donde se ajustaron algunas cuentas, pero no todas, cosas de la impunidad... ¿de qué me suena esto a mí también en el presente y en aquella época de estos mis lares?

Ahora algo de sabiduría ajena, que libere nuestra mente de perniciosos raptos ideológicos:

 - "El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo".  (François de la Rochefoucauld).

 - "Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas".  (Nicolás Maquiavelo).

 - "Haz que tus familiares te reverencien más que te teman, pues el amor sigue a la reverencia, más el temor al odio).  (Demóstenes).

 - "Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre".  (Enrique Jardiel Poncela).

Besos y abrazos,

Don.
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