¡Buenos días!
Estos matutinos que siempre me llevan a la serena conciencia de que hay que cambiar muchas cosas a lo largo de nuestra vida, dentro de nosotros, lo primero, pero también allende nuestro, tratando de ser catalizadores de los cambios, son para mí como el suave y reconfortante calor de una hogareña hoguera bien atizada, tan necesaria estos días de fríos y nieves que juguetean fuera de su corral invernal, que todavía estamos en el ruedo del otoño.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los juegos del hambre: en llamas" ("The hunger games: catching fire"), de Francis Lawrence, y con Jennifer Lawrence (sin parentesco con el director y tan guapa como siempre), y varios otros actores más, algunos repitiendo de la anterior, pues es la segunda parte de la saga, en su versión cinematográfica, que arrancó exitosamente el año pasado con "Los juegos del hambre" ("The hunger games", 2012), de Gary Ross. También ahora es distinto el director, siendo éste su cuarto largo, tras "Constantine" (2005), que no vi, "Soy leyenda" ("I am legend", 2007), y "Agua para elefantes" ("Water for elephants", 2011).
Tras haber sobrevivido nuestra heroína, junto a su compañero (caso único en la historia en el que hubo dos supervivientes), a los 74º juegos del hambre, regresan a casa y descansan. Se han convertido en ídolos de masas y en un símbolo de resistencia, muy a su pesar, para la incipiente revolución que está empezando a gestarse entre los oprimidos como ella misma. Pero enseguida son obligados por las tiránicas autoridades a una gira triunfal por todos los distritos para mayor gloria del despótico dictador. Ante la evidencia de que este par de triunfadores de los juegos, especialmente ella, y los anteriores, puedan convertirse en símbolo para derrocar la tiranía, los gobernantes, para conmemorar las bodas de platino de los juegos, deciden enfrentar en la 75º edición a todos ellos, y como siempre sólo uno sobrevivirá. Todo ello convenientemente televisado como cruento reality show, como en las ediciones anteriores.
Una buena y entretenida película de ciencia-ficción, acción y aventuras adolescentes, que ya es todo un serial. Este capítulo acabó como en todo culebrón que se precie, con un final tan abierto como para dejarte con ganas de ver la continuación, que parece que quedan dos más. Además de esto tiene ciertas segundas lecturas de talante socio-político. También es una crítica a la estupidez televisiva que nos inunda a base de realitys, y sus vacuos debates anexos, entonteciendo a quien se deja (la mayoría). Es más de lo mismo de la primera, que me gustó algo más, pero las veo con agrado.
Ahora algo de sabiduría ajena, que alimente nuestras mentes y nos haga arder mientras jugamos en el tablero de nuestras vidas, nosotros, no los demás:
- "La experiencia es una llama que no alumbra sino quemando". (Benito Pérez Galdós).
- "El estado llama ley a su propia violencia y crimen a la del individuo". (Max Stirner).
- "La violencia llama a la violencia y la justifica". (Théophile Gautier).
- "Los grandes incendios nacen de las chispas pequeñas". (Cardenal Richelieu).
- "No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación". (Confucio).
- "Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para tomar las grandes decisiones de mi vida. Porque casi todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso, todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando sólo aquello que es realmente importante". (Steve Jobs).
- "Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona. No os dejéis atrapar por dogmas, no viváis con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitáis que el ruido de las opiniones ajenas silencie vuestra voz interior. Y más importante todavía, tened el valor de seguir vuestro corazón e intuición, porque de alguna manera ya sabéis lo que realmente queréis llegar a ser. Todo lo demás es secundario". (Steve Jobs).
Besos y abrazos,
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