martes, 19 de noviembre de 2013

Fraternidad matutina por todo lo alto

¡Buenos días!

Sangre de mi sangre (espiritual) son estos matutinos, padres, hijos y hermanos, que son todo a la vez pues siempre dudo que grado real de parentesco nos une, ¡qué más da!, y con los que me congrego cada vez que veo un film, y lo hacemos por todo lo alto, elevándonos de la realidad de más abajo que caminan nuestros pies, en la que a veces patinamos, para deslizarnos por las irreales alturas. Por lo demás, estos días de otoño siguen hermanados con el frescor (máximas de 10ºC y mínimas coqueteando con la helada), las lluvias, cuando no nieves por arriba de nosotros, y las leves ventoleras (no sólo de aire, que también algunas de mi mente).

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sister" ("L'enfant d'en haut"), de Úrsula Meier, y con Kacey Mottet Klein, Léa Seydoux (guapísima), Martin Compston, y Gillian Anderson. Es el segundo largo, y primero suyo que veo, de esta directora franco-suiza. Por cierto, curioso título en español ... en realidad en inglés, sin nada que ver con el original, aunque sí con lo que se trata en el film (ambos).

Un huérfano de doce años malvive en una humilde casa en un deprimido pueblo industrial de un valle alpino. Cada día sube en teleférico a la cercana estación de esquí para robar al descuido a los ricos turistas que por allí están en la temporada invernal, y revender en el pueblo por cuatro perras los esquíes, guantes, gorros, gafas, etc., todo de marca. Es casi el único ingreso familiar, pues su muy irresponsable hermana mayor, que vive con él, aunque pasa la mayor parte del tiempo alejada del hogar, va de un trabajo a otro con la misma facilidad con la que cambia de novietes, tipos que nada le convienen.

Una muy buena película, un duro y antipático drama familiar, sobre una familia disfuncional con un gran secreto, y también, tangencialmente y por extensión, un drama social. Historia de un niño carente de afecto y que trata de comprarlo con dinero ante la fría impasibilidad de su hermana, pero también, de soslayo, una muestra del lado sombrío de la sociedad del bienestar, mostrando el contraste de los mundos de arriba y abajo, uno opulento, a costa de la temporalidad y precariedad laboral de otros, y el otro deprimido, gris y destartalado, donde pululan los desharrapados, los desheredados de esta sociedad occidental.

Ahora, algo de sabiduría ajena, que espero compartamos como buenos hermanos y seguro nos hará estar a la altura de las circunstancias:

- "Acaso soy libre si mi hermano se encuentra todavía encadenado a la pobreza".  (Bárbara Ward).

- "Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas".  (Hodding Carter).

- "La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes".  (José Martí).

- "No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura".  (Rubén Darío).

 - "No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
[...]
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás sola, porque yo te quiero".  (Mario Benedetti).

 - "Cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso.
Volver es una forma de encontrarse,
y así verás que allí también te espero".  (Mario Benedetti).

Besos y abrazos,

Don.
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