martes, 27 de noviembre de 2012

Matutino a lo bruto

¡Buenos días!

A pesar del título, no pienso imponer tiránicamente estos matutinos que voy pulimentando a medida que los escribo, que están al albur de los bits informáticos para quien en su libre albedrío quiera acogerlos en sus entendederas. Tampoco parece querer este invierno que hoy se nos cuela por el otoño hacerlo a lo bestia, sino poco a poco, delicadamente, con una firme bajada, aunque sin vértigo, de las temperaturas, que por "los madriles" las mínimas todavía no hielan (2ºC), y las máximas mucho menos (8ºC), pero seguro que estos días de leve rigor invernal terminarán por pulir de su esplendoroso colorido otoñal a las copas arbóreas.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "César debe morir" ("Cesare deve morire"), de Paolo y Vittorio Taviani, y con un montón de actores no profesionales, todos reclusos de una prisión romana de alta seguridad (presos por delitos graves, como asesinato, tráfico de drogas, mafia en general). De estos octogenarios hermanos que comenzaron su filmografía en los años 60 tan sólo había visto dos de sus anteriores films: el anterior, de 2007, "El destino de Nunik" ("La masseria delle allodole"), y el que les dio a conocer internacionalmente en 1977, "Padre padrone", que vi en televisión pocos años después de su estreno, cuando rondaba mi veintena.

En una cárcel de Roma un grupo de presos que conforman un taller de teatro prepara los ensayos para representar la obra de Shakespeare “Julio César”. Los actores se entregan con pasión a ello, entremezclándose este drama teatral con sus propias vivencias, las cotidianas de la cárcel y sus dramas del pasado, enriqueciéndose la obra con ello y también con su propio lenguaje.

Este imperecedero texto de Shakespeare, como todos los suyos, nos recrea el complot en contra del dictador romano Julio César, su homicidio, cuyo último golpe asestó su propio hijo Bruto, y sus consecuencias, en forma de guerra civil, que arrastró al pueblo romano. También los dilemas morales de Bruto, del noble Bruto, entre seguir sus ideales patrióticos (que su tiránico padre amenazaba con barrer) no tratando de dejarse llevar por la envidia y ambición de poder de sus compinches. Al final, consciente de haber sido una especie de títere tanto en manos de los otros conspiradores como de los seguidores de su padre, quienes por medio de un hábil discurso de Marco Antonio en las exequias de Julio César consiguen engatusar y ganarse a la voluble plebe, decide suicidarse antes de dejarse apresar tras la derrota.

Una muy buena película, una especie de docudrama sobre el peculiar montaje de esta obra de Shakespeare, en la que se enfrentan la libertad artística de que disfrutan los presos actores con su encierro carcelario, paradoja perfectamente descrita en una sabia e imponente frase que dice uno de los reclusos al final: "Desde que he conocido el arte, mi celda se ha convertido en una cárcel".

Bueno, con el fin de tratar de tallar nuestras mentes, y de liberarlas lo más posible, ahí os dejo algo más de sabiduría ajena:

 - "El hombre ha nacido libre, y por doquiera se encuentra sujeto con cadenas".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "La ambición suele llevar a los hombres a ejecutar los menesteres más viles: por eso para trepar se adopta la misma postura que para arrastrarse".  (Jonathan Swift).

 - "No hay grito más desgarrador que el susurro de una conciencia intranquila".  (Guillermo Osuna).

 - "No hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable".  (Cicerón).

 - "Roma es un ejemplo de lo que sucede cuando los monumentos y una ciudad duran demasiado tiempo".  (Andy Warhol).

 - "Roma es una ciudad como muchas otras. Una ciudad sobrevalorada, diría incluso. Se aprovecha de la fe como Stratford se aprovecha de Shakespeare".  (Anthony Burgess).

Besos y abrazos,

Don.
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