jueves, 15 de mayo de 2025

¡Cielos, un animado matutino!

¡Buenos días!

Ante este tormentoso día que se nos presenta al amanecer, muy cubierto de nubes la mayor parte de esta jornada, según las previsiones, que también anuncian una máxima por los madriles de unos 20ºC, no me queda otra que refugiarme en este matutino mientras espero que escampe, donde siempre veo, con muy buen ánimo, el cielo abierto ante mí para disfrutar de lo que sea menester, encontrándome como en el mismísimo séptimo cielo, pero tratando de mantenerme más o menos con los pies en la tierra, si es que ambas posibilidades se pueden conjugar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El cielo de los animales" (2025), de Santi Amodeo, basada en algunos de los varios relatos de David James Poissant agrupados en su libro homónimo (2014), en inglés, y con Raúl Arévalo y Paula Díaz, Claudio Portalo y África de la Cruz, Manolo Solo y Jesús Carroza. De este director había visto cuatro de sus anteriores películas: "Las gentiles" (2021), "¿Quién mató a Bambi?" (2013), "Cabeza de perro" (2006), y "Astronautas" (2003).

Cuatro historias... Un hombre, abandonado por su mujer hace tres meses, conoce a una joven con un brazo amputado que fue saltadora de trampolín y nadadora, un tanto fantasiosa y embaucadora, con la que inicia una relación... Una joven pareja, que se conoce desde la infancia, se atrinchera, bien pertrechada de toda clase de provisiones y víveres, en el sótano de la casa de él, que vive con su madre, porque considera que la llegada del fin del mundo es inminente... Un par de amigos va a una alejada casa de campo, de noche, para recoger las pertenencias del padre de uno de ellos, recién fallecido y con quien no mantenía contacto desde hace varios años... La primera pareja se enfrenta al hecho de que ella, la chica manca, padece un cáncer terminal.

Muy buena película (nota: 7), poco convencional, de atmósfera entre lo real y lo irreal, incluso lo surreal, con extraña mirada al mundo que nos rodea, entre melancólica y absorta, a la un tanto extravagante cotidianidad de sus personajes, con un muy sutil deje humorístico, sobre gente muerta, que se está muriendo, que se morirá, y los que acompañan a los anteriores. Nos habla de la pérdida, sea física (de todo un ser o de sus partes), anímica o sentimental, y de cómo nos enfrentamos a la muerte.

Pues como llovidas del cielo, pausadamente, sin tormenta alguna, aquí os dejo estas cuatro citas de sabiduría ajena que encontré por ahí sin tener que remover cielo y tierra para conseguirlas:

 - "¿Qué hace falta para ser feliz? Un poco de cielo azul encima de nuestras cabezas, un vientecillo tibio, la paz del espíritu".  (André Maurois).

 - "El que busca el cielo en la tierra se ha dormido en clase de geografía".  (Stanislaw Lec).

 - "Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no hay diligencia ni sabiduría humana que lo pueda prevenir".  (Miguel de Cervantes).

 - "Tenemos que vivir, no importa cuántos cielos hayan caído".  (D. H. Lawrence).

Besos y abrazos,

Don.

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