¡Buenos días!
Y lo hace hoy de nuevo bastante tormentosamente. Parece que esta revoltosa primavera no quiere romper su estrecho vínculo con su parte más borrascosa. Pero da igual los berrinches que se pille, que yo seguiré a lo mío, disfrutando con lo que me toque en cada momento, o al menos intentándolo. La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos 21ºC... y subiendo en días sucesivos. Y yo trato de que este alumbramiento matutino de hoy vaya transcurriendo sin demasiadas incidencias... ya veremos si lo consigo, y si no, tampoco pasa nada, que al menos lo intenté.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La llegada del hijo" (2024), de Cecilia Atán y Valeria Pivato, y con Maricel Álvarez, Angelo Mutti Spinetta, Cristina Banegas, y Greta Fernández. Es el segundo largo de este par de directoras y guionistas argentinas, tras "La novia del desierto" (2017).
Una mujer acude a la cárcel a recoger a su hijo, que sale tras cuatro años allí por haber atropellado mortalmente a alguien, cuando tenía 16 años, con el coche que le cogió sin permiso a su madre. La persona fallecida era la profesora de natación del joven. Una vez en casa, la tensión entre ambos es palpable, debido al secreto no confesado de las verdaderas causas de aquel incidente.
Buena película (nota: 6) con la que, aunque me interesó, no acabé de conectar del todo con ella, que algunos personajes (el hijo y, también, de refilón, la abuela) son dificilitos de tragar, que son fríos como un témpano. Está narrada sin seguir orden cronológico, con varios momentos, casi tantos como los de la línea cronológica principal, que se retrotraen a los alrededores de la pasada tragedia. En esencia es una historia sobre una enfermiza relación maternofilial, básicamente por lo que respecta al hijo, muy posesivo con su madre, a la que no quiere compartir con nadie, con lo que más bien podría decirse que la relación es filiomaternal, y un tanto turbia. También postula que las madres, por mucho que les pese a los hijos, son también mujeres, que tienen su propia vida aparte sus obligaciones maternales, y no son perfectas diosas en un altar y podrían no perdonarles todo a sus hijos.
Pues ahora llegan, no sé si para desbaratarlo todo, estas citas de sabiduría ajena, hijas de sus creadores:
- "Todo niño viene al mundo con cierto sentido del amor, pero depende de los padres, de los amigos, que este amor salve o condene". (Graham Greene).
- "No tiene un padre enemigos como los hijos traviesos". (Félix Lope de Vega).
- "Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre". (Enrique Jardiel Poncela).
- "El corazón de una madre es un abismo en el fondo del cual siempre hay un perdón". (Honoré de Balzac).
O no, que es lo que viene a decir, entre otras cosas, la película hoy glosada.
Besos y abrazos,
Don.
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