¡Buenos días!
Alguna razón de ser tendrán, dado que los he parido y sigo pariendo, y también tan bien me acogen en su cálido seno en cuanto me meto en ellos, llegando un momento en el que no acabo de tener muy claro quién es quién, si los matutinos son ellos mismos o soy yo, y viceversa. Por lo demás, en estos últimos días del verano de calendario, más de otoño climático que de verano, parecen confundirse ambos a menos de una semana vista del equinoccio otoñal, en el que se transmutarán definitivamente por este año. Hoy, tras los pasados días de tupidas nubes grises y chaparrones, tendremos sol velado por nubes ocasionales y algo persistentes, y una máxima prevista por los madriles de 24ºC.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "¿Quién es quién?" ("Le sens de la famille", 2020), de Jean-Patrick Benes, y con Alexandra Lamy, Franck Dubosc, Christiane Millet, Rose de Kervenoaël, Mathilde Roehrich, y Nils Othenin-Girard. Es el primer largo que veo de este director francés.
Una familia, matrimonio y tres hijos, un tanto descastados los unos con los otros, visitan un parque de atracciones para celebrar el cumpleaños de la hija pequeña. A la mañana siguiente descubren con estupor que sus mentes y cuerpos se han intercambiado: la niña pequeña está en el cuerpo del padre, este en el cuerpo de su hijo adolescente, quien está en el de su hermana mayor, que está en el de su madre, que está en el de la hija pequeña. Pero ahí no acaba el lío, a la mañana siguiente vuelven a permutarse con otros distintos.
No le vi mucho sentido (nota: 4) a esta película que, sobre todo al principio, me dejó algo perdido, me lio con el quién es quién, complicando innecesariamente, a mi entender, esto del intercambio de cuerpos y mentes, que implica ponerse en el lugar del otro, tener empatía, aprender quien es el de enfrente, o el de al lado, y sus vicisitudes, y comprenderlas. Además nos habla de familia y sus problemas, tanto conyugales como intergeneracionales, que en todas partes cuecen habas.
Ahora unas citas de sabiduría ajena, no importa de quién sean, que muy probablemente ayuden a dar algo más de sentido a nuestra existencia:
- "El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única, en realidad". (Emil Cioran).
- "Intento servir a los demás, lo que para mí constituye el único sentido de la vida". (Sándor Márai).
- "Un buen día, echando la vista atrás, se dará usted cuenta de que estos años de lucha han sido los más hermosos de su vida". (Sigmund Freud).
Besos y abrazos,
Don.
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