lunes, 14 de septiembre de 2020

Un matutino anormal

¡Buenos días!

Sí, porque todo lo que no sea la perfecta normalidad, cosa que no existe, ni siquiera estadísticamente, pues es un infinitésimo en una densa masa de improbabilidades, es anormal, y todo y todos lo somos en uno u otro sentido. Dicho lo cual, tampoco espero que este sea la madre de todos los matutinos, pues por mucho que se quiera a una madre, no voy a romper todas las reglas tácitas que tenemos entre nosotros, que ni de lejos son la convención general. Por lo demás, aunque no hace tanto calor como durante la más férrea (o plomiza) canícula veraniega de hace unas semanas, yo vuelvo a sentirlo, lo que ya no me va pareciendo tan normal a pocos días del equinoccio otoñal. La máxima prevista para hoy será de 29ºC, pero lo malo de verdad es que la mínima ha sido de unos casi tropicales, y sin casi, 20ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Un mundo normal" (2020), de Achero Mañas, y con Ernesto Alterio, Gala Amyach, Ruth Díaz, Magüi Mira, Pau Durà, y Óscar Pastor. Es el cuarto largo de este director, de quien había visto sus tres anteriores, las espléndidas, "Todo lo que tú quieras" (2010), "Noviembre" (2003), y "El Bola" (2000).

Un director de teatro y cine, separado y con una hija que estudia Derecho en la universidad, a contracorriente del mundo y sus aborregadas convenciones, en crisis profesional por su negativa a dedicarse a la más lucrativa televisión a pesar de empezar a tener serios problemas económicos, recibe la noticia del fallecimiento de su querida madre, una mujer tan excéntrica como su hijo. Esta le dijo en su día que si fallecía la tiraran al mar, frente a la costa de su pueblo, pero no las cenizas, sino el cuerpo entero. Decide cumplir su última voluntad, aunque esté prohibido por ley, y en contra de la opinión de todos los que le rodean (su hermano, su hija, su ex...), para lo que secuestra el ataúd y se dirige a la costa en una destartalada furgoneta, junto con el perro de su madre... y su hija, quien tiene la esperanza de hacerle cambiar de opinión durante el accidentado trayecto.

Una buena película (nota: 6), con tintes autobiográficos (la hija del protagonista, álter ego del director, es la hija real de este), esta simpática comedia dramática, o viceversa, que cuenta con retazos de humor algo sarcástico y con toques de absurdo lo que un hijo es capaz de hacer por cumplir la promesa hecha a su madre (en su anterior y excelente film era a la inversa, iba de lo que un padre sería capaz de hacer por su hija). También nos habla de relaciones familiares, de sus afectos y desafectos, todas tan similares y peculiares a la vez, como las mismas personas (en la película se dice que nadie es como todo el mundo); y de ser inconformista, a la par que consecuente con uno mismo, sin importar gran cosa lo que digan los demás, ni las convenciones sociales.

Ahora, como es norma en estos matutinos, unas citas de sabiduría ajena:

 - "No hay normas o muestras para la producción de una gran obra de arte. No sería arte sino fabricación sobre medida".  (John Ruskin).

 - "Un director de cine es un lector de las normas de tráfico. Un buen director de cine es un buen interpretador de un guión bueno. Y un gran director de cine es el que sabe ofrecer una visión distinta del mundo".  (Bette Davis).

 - "Normalmente se sueña una cosa y se hace otra. No te dejes engañar. Intentar realizar los sueños es lo único que al final de la vida te reconcilia contigo mismo".  (Carmen Martín Gaite).

 - "Los juicios sobre las conductas de los demás se basan en una serie de reglas éticas propias que intentamos trasladar a nuestros semejantes. Pensamos que estas normas son aplicables a los otros".  (Isabel S. Larraburu).

Besos y abrazos,

Don.

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