¡Buenos días!
Otra mañana más en la que me
quedo durante un rato con estos mis bien amados matutinos, remanso de paz en el
que me sereno sobremanera y en el que me encuentro la mar de bien, tan a
gustito que me quedaría para siempre con ellos. El invierno, sin embargo, tras
tantos días pasados de soleada serenidad, parece que se altera algo, pues está
hoy muy gris y es posible que esta tarde comience a llover, según las previsiones,
tras lo cual un breve receso de sol y otro frente para el fin de semana, uno
más frío que quizás deje nieve y muy bajas temperaturas.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Quédate conmigo"
("Still"), de Michael McGowan, y con James Cromwell y Genevieve
Bujold. Es el primer largo que veo de este director canadiense, y que ahora se
estrena por estos lares con unos tres años de retraso. Está basada en un
reciente caso real.
Un matrimonio de
octogenarios, que lo es desde hace algo más de 60 años, vive en una granja a
las afueras de un pequeño pueblo en la costa este canadiense. Sus siete hijos
viven sus vidas y ellos comparten su soledad con amor y cariño. Ella está
enferma de incipiente Alzheimer y las escaleras son un peligro para sus achacosos
cuerpos, así que él decide construir en su inmensa parcela con sus propias
manos otra casa de una sola planta, mucho más pequeña, donde su vida sea más
cómoda. Hijos y vecinos tratan de disuadirle y le recomiendan que la mande
construir a profesionales. Pero es su ilusión y se pone a ello con empeño. Sin
embargo, desde que construyó su anterior casa, el mundo ha cambiado mucho, y
hay nuevas y muy estrictas regulaciones para la construcción inmobiliaria que
él desconoce.
Una muy buena película, que
me gustó mucho, este melodrama que nos narra la tozuda lucha del protagonista
contra la burocracia, la sobre-regulación y demás impedimentos burocráticos que
se va encontrando y que no entiende, aunque comprenda su significado. También
es la historia de una enamorada pareja cuyo amor no decae ante las
dificultades. Y sobre la vejez, el proceso de envejecimiento, sobre la
necesidad de tener un proyecto, una ilusión que nos haga seguir adelante, sobre
las huellas, las arrugas y heridas que nos deja una vida plena y que la
embellecen. De preciosa banda sonora, fluye con parsimoniosa naturalidad y es
muy agradable de ver, conmoviendo sin un ápice de caramelo, aunque de cuando en
cuando espete algunas verdades incómodas, pero necesario tener conciencia de
ellas. Real como la vida misma.
Una historia similar
(básicamente en lo relativo al proceso de envejecimiento) la vi hace dos años
en la estupenda y oscarizada "Amor"
("Amour", 2013), del siempre desasosegante Michael Haneke, que
lógicamente va por otros derroteros, y con un enfoque totalmente distinto.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que nos aporte la natural serenidad para seguir adelante hasta el final
o para quedarnos con quien mejor nos acomode:
- "¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún
por llegar". (Robert Browning).
- "Envejecer es como escalar una gran
montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre,
la vista más amplia y serena".
(Ingmar Bergman).
- "Cuando me dicen que soy demasiado
viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida". (Pablo Picasso).
- "El arte de envejecer es el arte de
conservar alguna esperanza". (André
Maurois).
- "La dicha de la vida consiste en tener
siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que
esperar". (Thomas Chalmers).
Besos y abrazos,
Don.
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