¡Buenos días!
En estos matutinos, remanso
de paz, que no de agua que se estanca y embarra, pues siempre están en
movimiento, plenos de fortaleza, encuentro mi mañanero refugio a salvo de
balaceras y demás inclemencias, que parece van a menos por los madriles, al
menos las invernales, pues parece querer salir el sol, y suavizarse algo las
temperaturas, aunque allende parece que, al menos por la meseta norte, como por
mi bien amada ribera del Arlanzón, arrecian con más nevadas y el frío que la
caracteriza.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Corazones de acero"
("Fury"), de David Ayer, y con Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LaBeouf,
Michael Peña, y Jon Bernthal. De este director había visto uno de sus
anteriores largos, "Sin tregua" ("End of watch", 2012).
Durante los días finales de
la II Guerra Mundial en Europa (queda menos de un mes para ello), con las
tropas norteamericanas ya en suelo alemán, un sargento se encuentra al mando de
un carro de combate, llamado "Fury", y de sus cuatro hombres de
dotación, uno de los cuales es un perfecto novato todavía por curtir, quienes
tras una peligrosa misión formando parte de un pelotón de tanques quedan solos
y aislados tras las líneas enemigas. Deberán sobrevivir como sea en esos
últimos días de guerra.
Una muy buena película
bélica, con sus más y sus menos, a la que a pesar de estos pongo nota
7, con mucho ritmo y tensión, incluso en sus momentos más íntimos y
pausados, sin maniqueísmos, sin gloria ni para ganadores ni para perdedores (de
guerras, batallas y escaramuzas), que todos somos bestias furiosas en el
combate, guerra que es mostrada tal cual es, con toda su irracional barbarie,
con toda su sucia inmundicia, en la que a pesar de todo puede florecer
esporádicamente algo bueno a pesar de tanta inclemencia, de seguido barrido y
enterrado por otra explosión de más cochambroso fango. Lo peor, entre alguna
que otra cosa más, la épica del final, que desmerece lo anterior, y porque no
soy amigo de epopeyas.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que seguro nos ayuda a curtirnos en nuestra lucha por la vida:
- "Cuando el carro se ha roto, muchos os
dirán por donde no se debía pasar".
(Proverbio turco).
- "La ira es un caballo fogoso; si se le
da rienda suelta, se agota pronto por un exceso de ardor". (William Shakespeare).
- "La ira ofusca la mente, pero hace
transparente el corazón". (Niccolo
Tommaseo).
- "Ten el valor de la astucia que frena
la cólera y espera el momento propio para desencadenarla". (Gengis Kan).
- "No acometas obra alguna con la furia
de la pasión; equivale a hacerse a la mar en plena borrasca". (Thomas Fuller).
Besos y abrazos,
Don.
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