lunes, 3 de junio de 2013

Las vueltas que dan los matutinos ... para venir a ser ellos mismos

¡Buenos días!

En esta dulce mañanita primaveral, de cada vez más tibias y soleadas temperaturas, en la que rondo sobre mí mismo, y de vez en cuando me dejo rondar por mis hadas y ninfas, voy desgranando los elementos de este matutino, que me vienen de aquí y de allá, para al final confluir al mismo sitio de siempre, desde donde los lanzo al mundo con la esperanza de que algo influyan en el devenir de las cosas que en él suceden, aunque sea infinitesimalmente, tanto como un átomo lo es, siempre con el oculto secreto de que este imperceptible aleteo pueda dar lugar a alguna gran transformación que otra a través de atómicas conexiones en cadena, si se dieran los necesarios y circunstanciales condicionantes.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "360. Juego de destinos" ("360"), de Fernando Meirelles, basada en la obra teatral "La ronda" del autor austriaco Arthur Schnitzler, y con Jude Law, Rachel Weisz (tan hermosísima como siempre), y Anthony Hopkins, por citar tan sólo a las estrellas de este film coral e internacional, y en el que éstas no son precisamente las que más tiempo salen en pantalla. De este director brasileño había visto hasta ahora sus tres más recientes films: "Ciudad de Dios" ("Cidade de Deus", 2002), "El jardinero fiel" ("The constant gardener", 2005), y "A ciegas" ("Blindness", 2008), más que sobresalientes los dos primeros.

Un ejecutivo británico de viaje de negocios en Viena que está en la disyuntiva de si serle o no infiel a su mujer con una meretriz de alto standing que con él iniciará su carrera profesional, obligado por las circunstancias y su timidez, toma la decisión de no serlo. A partir de ese momento, ese hecho aislado, esa involuntaria decisión, originará una concatenación de casuales encuentros en cascada entre diversas personas, en general desconocidas, a lo largo de este mundo global, que les harán replantearse sus caminos vitales y tomar decisiones que a su vez irán afectando a otros ... hasta que al final, esa ronda, tras haber girado 360º, vuelva a su punto de partida ... y vuelta a empezar ...

Muy buena película, aunque no sea redonda, pues me flojeaba en algunos momentos, sobre amores y desamores, fidelidades e infidelidades, y las decisiones, nuestras y de los que nos rodean, que condicionan nuestra vida amorosa (y en general) y la de los otros, todo debido a las invisibles interdependencias e interacciones que se generan por nuestro mero hecho de existir y tomar decisiones en uno u otro sentido.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude en las disyuntivas de la vida y a no darle tantas vueltas, al menos no más de las imprescindibles, a las cosas:

 - "A los personajes de este film les sucede lo que Sigmund Freud ya explicó en su libro 'El malestar en la cultura': la gente tiene que reprimir sus deseos y anhelos prohibidos por la sociedad para que el mundo civilizado pueda seguir existiendo".  (Fernando Meirelles).

 - "Toda existencia individual está determinada por innumerables influencias del ambiente humano".  (Georg Simmel).

 - "La influencia que la vida de una persona ejerce sobre la de otra es incalculable".  (Ralph Bunche).

 - "Los pequeños actos que se ejecutan son mejores que todos aquellos grandes que se planean".  (George E. Marshall).

 - "En cada sendero hay su atolladero".  (refrán).

 - "A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo".  (Jean de la Fontaine).

 - "Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios".  (William Shakespeare).

 - "Vive plenamente mientras puedas y no calcules el precio".  (Omar Khayyam).

 - "Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida".  (Arthur Schnitzler).

Besos y abrazos,

Don.
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