viernes, 7 de junio de 2013

Matutino nada cainita

¡Buenos días!

En este idílico entorno matutino no caben maquiavélicos gambitos porque mis damas, mis hadas y ninfas, son las que me hacen estar en plenitud, sin tener que subir cima alguna desde ningún abismo, y sin ellas nada es posible, incluso en el mundo real, donde nada ganaría ni perdería, que todo me viene rodado ... cosas de la inercia de mi propio comportamiento. Por lo demás, la primavera, tras unos calurosos días de casi suave verano (rozando los 30ºC), juguetea con nosotros, sin maldad, y nos refresca para este fin de semana con unos pocos días de temperaturas de poco más de 20ºC y alguna tormenta que otra, que no nos amilanará porque le haremos, naturalmente, frente sin amedrentarnos y con decidido entusiasmo primaveral, del que llevamos más de dos meses empapándonos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hijo de Caín", de Jesús Monllaó, y con José Coronado, Julio Manrique, María Molins, y David Solans. Es el debut en el largo de este director. Un adolescente problemático, que se aísla del mundo, muy reservado y de comportamiento inquietante, tiene una inteligencia fuera de lo normal y está obsesionado con el ajedrez. Sus padres, preocupados por la actitud de su hijo, contratan a un psicólogo. A través de la terapia y de la afición de ambos por el ajedrez, el psicólogo se irá adentrando en la turbadora mente del adolescente, a la par que va desentrañando las relaciones de esta familia aparentemente modélica.

Una película que no me acabó de enganchar, a pesar de algún leve destello de interés. Un thriller, con algo de terror psicológico, sobre averiguar el porqué del extraño y violento comportamiento del adolescente protagonista. Además, algo de melodrama familiar y algunos otros elementos más (como esos tiburones financieros, como el padre, que sin escrúpulos destrozan lo que sea por el bien de su negocio), pero no bien conjugados según mi parecer. Al final un giro argumental inesperado que te descoloca todos los prejuicios inducidos por la trama. Por eso de la psicopática perversidad intrínseca del adolescente protagonista (¿nació con ella o fue inducida por el trato recibido en la infancia?) me recordó algo a un film que vi el año pasado, estupendo aunque incómodo de ver, "Tenemos que hablar de Kevin" ("We need to talk about Kevin", 2011), de Lynne Ramsay.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a no pasar las de Caín:

 - "Ira de hermanos, ira de diablos".  (refrán).

 - "El amor tiene un poderoso hermano, el odio. Procura no ofender al primero, porque el otro puede matarte".  (F. Heumer).

 - "Nadie se hizo perverso súbitamente".  (Juvenal).

 - "Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar".  (Clive Staples Lewis).

 - "Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre".  (Enrique Jardiel Poncela).

Besos y abrazos,

Don.
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