lunes, 10 de junio de 2013

Matutina condena ... corrijo, matutino elogio o absolución

¡Buenos días!

Creo que jamás ha habido el más leve reproche mío en este mundo matutino, que todo son elogios a ellos y sus circunstancias, aunque si no fuera así me corregís y absolvéis de mis errores, siempre con delicadeza, como lo harían mis hadas y ninfas, y a seguir hacia adelante con armonía. Por lo demás, la primavera se ha corregido a sí misma, pues tras unos días muy frescos y con algunas tormentas, parece que vuelve por su tranquila senda de calor suave que la lleva directa al cada vez más cercano solsticio de verano, el próximo viernes 21 a eso de las 7 de la mañana.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo encarecidamente, como todas las anteriores que vi de su directora. Se trató de "15 años y un día", de Gracia Querejeta, y con Tito Valverde, Maribel Verdú (tan esplendorosa como siempre, como mujer y como actriz), Arón Piper, y Belén López. De esta espléndida directora, de quien me faltan por ver sus dos primeros largos, había visto sus tres anteriores, todos espléndidos: "Cuando vuelvas a mi lado" (1999), "Héctor" (2004), y "Siete mesas de billar francés" (2007). La mejor para mí, "Héctor".

Un adolescente conflictivo, que es expulsado del colegio durante varios meses, es enviado por su madre, que se siente incapaz de manejar la situación, a vivir con el abuelo del chico, en un pueblo de la costa mediterránea, para que éste, un hombre rutinario y estricto, casi un misántropo, lo meta en vereda. Pero el joven, a quien le gusta vivir al borde del peligro, hace unas amistades poco recomendables, que le abocarán a seguir complicándose la vida.

Una espléndida película, que me encantó y emocionó, como siempre me sucede con las de esta directora. Un drama familiar con adolescente problemático (como la inmensa mayoría, como tiene que ser) que vive su vida como una condena (y siempre al filo de ser condenado por otros), que está aprendiendo a vivir y que se tendrá que enfrentar a sus miedos e inseguridades; como también les sucede al resto de personajes principales, a medio madurar, en uno u otro aspecto, aunque ya hayan pasado con muchas creces la adolescencia, que cada uno lleva su propio calvario que no acaban de superar. También, y de refilón, o no tanto, en varios momentos me pareció toda una metáfora del enquistado conflicto vasco (por decirlo suave y eufemísticamente).

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a corregirnos de uno u otro modo en algunos aspectos que necesitemos:

 - "Nada sabéis si sólo sabéis mandar, reprender y corregir".  (François Fénelon).

 - "Nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie conoce perfectamente al otro".  (Thomas Browne).

 - "El juez honesto condena las cosas reprobables, pero no odia".  (Séneca).

 - "Todo pasa: lo que amábamos en nuestros días de entusiasmo desaparece. Llega un momento en nuestra vida en que somos ya extranjeros entre la gente que nos rodea y ama".  (Azorín).

 - "Puesto que soy imperfecto y necesito de la complacencia, de la tolerancia y de la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio".  (Mahatma Gandhi).

Amén, Mahatma. Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: