lunes, 26 de diciembre de 2011

Topos matutinos

¡Buenos días!

Como cada mañana mis hadas y ninfas se me infiltran por este punto de encuentro matutino, del que tal vez algún topólogo tenga algo que decir de sus bondadosas propiedades, o de los lunares de colores chillones que cual chiribitas a veces creo ver cuando este radiante sol mañanero de invierno me deslumbra al tratar de seguir con mi escrutadora mirada sus revoloteos nada sospechosos. Tomad nota.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El topo" ("Tinker, tailor, soldier, spy"), de Tomas Alfredson, y con Gary Oldman, John Hurt, y Colin Firth, entre muchos otros más. Es el segundo film que veo de este director sueco, tras esa deliciosa joya, recomendabilísima, que es "Déjame entrar" ("Lat den rätte komma in", 2008).

"El topo" está basada en la novela homónima de John Le Carré, de quien he visto adaptadas al cine varias novelas suyas, y por citar las más recientes, "El sastre de Panamá" ("The tailor of Panama", 2001), de John Boorman, cuyo matutino podéis leer más abajo; y la espléndida, y también recomendabilísima, "El jardinero fiel" ("The constant gardener", 2005), de Fernando Meirelles, y con una maravillosa banda sonora de Alberto Iglesias, compositor habitual de las películas de Pedro Almodóvar y que también compone la del film que hoy toca glosar.

En 1973, durante la Guerra Fría, el agente del servicio secreto británico George Smiley (toda una ironía su apellido, algo así como "sonrisitas"), junto con el jefe de la operación, son relevados de sus cargos tras una desastrosa operación en Hungría. Sin embargo, el gobierno vuelve a contratar a Smiley para que investigue la posibilidad de que hubiera un agente doble, un topo infliltrado, que arruinó la operación, y para tratar de desenmascararle. Hay cinco sospechosos, el propio Smiley incluido.

Una muy buena película de espías, con aires setenteros, tremendamente enrevesada, quizás demasiado, tanto que a veces se me escapaba el hilo (quizás su gran defecto), lo que me dejó frío. Una historia sobre este gris agente, anodino, hierático, pero muy sagaz y perspicaz, paciente, una rata de oficina que se desenvuelve como tal por las cloacas de la burocracia. Una visión real de la cotidianidad del espionaje, en la que este peculiar personaje es la antítesis, el reverso oscuro de James Bond.

Ahora trataré de que las siguiente citas se os metan inadvertidamente por los ojos y se infiltren por entre vuestras sinapsis neuronales, tratando de reactivar sus chispazos, refulgentes topos que destellan inteligente conocimiento de las cosas:

 - "Para nuestros propios defectos somos topos; para los ajenos, linces".  (Anónimo).

 - "La verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre".  (Tácito).

 - "Para averiguar la verdad es preciso dudar de todas las cosas".  (Descartes).

 - "La constancia obtiene las cosas más difíciles en corto tiempo".  (Benjamín Franklin).

 - "La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho".  (Jonas Edward Salk).

Besos y abrazos,

Don.

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Intrigante matutino
(Miércoles, 11 de julio de 2001)

... ¿Buenos días? ... ¡Sí, creo que sí! ... Ssshhh, pero no lo digais muy alto.

¿Creeis que hoy hablaré del tiempo?, ... gran intriga, ... pues, sí, pero hoy seré breve, para que no descubran el código cifrado en lo que escribo: soleadísimo día, típico del verano burgalés, con un Lorenzo que se te agarra al cogote, como si te aplicase el tercer grado, pero en cuanto te pones a la sombra (no en la cárcel) te deja respirar, no como más al sur.

Todo este secretismo viene de que ayer estuve viendo "El Sastre de Panamá", de John Boorman, basada en una novela de John Le Carré, con Pierce Brosnan (el espía), Geoffrey Rush (el sastre), y Jamie Lee Curtis (la mujer del sastre). Buena película de espionaje crepuscular, decadente, y algo cutre (no la película, sino el espionaje que se nos cuenta), ahora que el Telón de Acero desapareció.

Pierce Brosnan hace de espía venido a menos en Panamá, y con guiños a su papel de James Bond en otros films. Jamie Lee Curtis hace un papel que recuerda al que hizo en "Mentiras arriesgadas" con Arnold Schwarzzenegger (no sé si me sobran o faltan letras en el apellido).

La película tiene leves toques de humor, es algo cínica, corrosiva y crítica de la política de espionaje de Great Britain and USA (de hecho, el film es irlandés), y también de la situación social de las repúblicas bananeras (tengan o no un esencial canal de comunicación marítima). También habla de mentiras, de que cuanto más gordas mejor nos las tragamos, de que al final todo acaba sabiéndose, por mucho que adereces las mentiras para enmascararlas.

Pues me despido, ..... ¡eh! ... no os asustéis, ... que todavía quedan las frases ajenas lapidarias:

 - "Es preferible estar solo a frecuentar las malas compañías, porque somos más propensos a copiar los vicios de los demás que sus virtudes, de la misma manera que la enfermedad es más contagiosa que la salud"  (Charles Caleb Colton).

 - "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando"  (Pablo Picasso).

 - "Gandhi dio un gran ejemplo. Sólo vestía ropas hechas en casa. Hilaba su propio algodón. La elaboración del algodón era, en cierto sentido, una lucha contra el monopolio británico. Ejercía la majestad a través de la sencillez y luchaba contra la nobleza por medio del trabajo"  (Lou Marinoff).

 - "No basta tener dinero o una preeminencia social para no estar dentro de la plebe que se afana por cosas materiales y de relumbrón. Existe la plebe rica y la pobre, y esta última es posiblemente la menos antipática de las dos"  (Pío Baroja).

 - "La abundancia de palabras inútiles es un síntoma cierto de inferioridad mental"  (Lebon).

Besos y abrazos,

Don.
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