¡Buenos días!
Como casi cada mañana, a su hora, requetevuelven los matutinos, una y otra vez. Parece que el revuelto tiempo primaveral se ha serenado ... vana ilusión, como la de esperar que mis bien amadas hadas y ninfas paren quietas ante mi atónita mirada, revoloteando sin cesar.
Este fin de semana estuve en el teatro viendo una adaptación del serial televisivo "Amar en tiempos revueltos", una especie de capítulo que saltó del set a las tablas. Se trató de "Amar en tiempos revueltos: El diablo bajo la cama", de Josep María Benet i Jornet, Rodolf Sirera y Antonio Onetti, dirigida por este último, y con Cayetana Guillén Cuervo, Ricard Borrás, Antonio Valero y Verónika Moral, entre otros.
En el Madrid de 1952 una famosa actriz quiere estrenar "El diablo bajo la cama", con el que una desconocida escritora acaba de ganar un premio importante. Pero tan solo es la tapadera del verdadero autor, primo de su marido y escritor represaliado por la dictadura franquista. Durante los ensayos, la actriz y el director tratan de sortear la censura y lograr estrenar la obra. Consiguen un gran éxito en su estreno, pero queda patente el contenido crítico al régimen dictatorial, y la obra es retirada de cartel.
Una buena obra de teatro, teatro dentro del teatro, donde se lucha por contar historias sin cortapisas censoras. Teatro, una mentira que nos cuenta verdades.
Ahora algo de sabiduría ajena, que llega en su justo momento para serenar lo revuelto:
- "El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad". (Pablo Picasso).
- "La obra de teatro debe ser una imagen justa y vivaz de la naturaleza humana". (John Dryden).
- "Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente". (Charles C. Colton).
- "No hay censura que no sea útil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores". (C. Friedrich Hebbel).
Besos y abrazos,
Don.
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