lunes, 2 de mayo de 2011

Al son de la melancolía vespertina

¡Buenas tardes!

En estos días de primavera exultante nada añoro, porque todo se me da, y todo lo encuentro. Ni siquiera estos pasados días de grises chaparrones me invitan a la triste nostalgia de la lluvia tras los cristales, que al poco refulgen radiantes de sol, como ahora mismo. La verde lozanía me arrastra a sentir con pasión un amor infinito por todo lo que me rodea. Mis hadas y ninfas pugnan por merecerme, y viceversa. Canto porque estoy contento o estoy contento porque canto.

Este fin de semana estuve en el cine viendo el film japonés "Tokio blues (Norwegian wood)" ("Noruwei no mori"), de Tran Anh Hung, y con Kenichi Matsuyama, Rinko Kikuchi, y Kiko Mizuhara. Está basada en la afamada novela homónima de Haruki Murakami, publicada en 1987. De este director vietnamita es el primer film que veo.

El protagonista, al oír la canción "Norwegian wood" de "The Beatles", rememora con nostalgia sus primeros años de juventud, en los convulsos finales años 60. Recuerda a la novia de su mejor amigo, el suicidio de éste, el reencuentro un año después con la novia, con la que vive un fugaz romance, el internamiento de ésta en un sanatorio mental por su continua inestabilidad emocional. Mientras sigue sin olvidarla, se enamora de una vitalista compañera de universidad a la que no hace mucho caso debido a sus dudas, mientras trata de evadirse ligoteando junto con un compañero de estudios, que tampoco hace caso a su novia, y que le asesora en las técnicas del ligue. Nada parece conformarle y parece desengañado.

Una espléndida película, que si no hubiese sido por algunos flecos que no me encajaban, y que habría recortado del metraje, hubiera sido redonda, y parecido sublime. Aún así, os la recomiendo. Una historia envuelta en lirismo y sensualidad sobre el descubrimiento del primer amor y del sexo, de sus desengaños, de amores no correspondidos, de pérdidas de seres queridos, de elegir ... en definitiva, de hacerse adulto aceptando el dolor de las pérdidas, físicas y emocionales, y de aprender a vivir, eligiendo la vida sobre la muerte, la del cuerpo, y la de los sentimientos, que nos sume en abismos de locura, pasajeros o definitivos.

Ahora, algo de sabiduría ajena para mejor enfrentarse a los avatares vitales:

 - "En tristezas y en amor, loquear es lo mejor".  (refrán).

 - "Lo verdaderamente mágico del primer amor es la absoluta ignorancia de que alguna vez ha de terminar".  (Honoré de Balzac).

 - "En este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no desear nada".  (Haruki Murakami).

 - "Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿Sabes que pasa? Que acaba por no saber incluso lo que quiere".  (Haruki Murakami).

 - "Sé como las olas del mar, que aún rompiendo contra las rocas, encuentran fuerzas para volver a empezar".  (S. Bambaren).

 - "Si pierdes un amor, ¡no te pierdas! ... Si lo encuentras, ¡asegúralo! Rodéate de rosas, ama, bebe y calla. Lo demás es nada".  (Fernando Pessoa).

 - "Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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