jueves, 9 de julio de 2009

Capitana bondad matutina

¡Buenos días!

Esta buena ribera del Arlanzón es una especie de capitanía en la que me dejo guiar por la exquisita bondad del entorno y de su fauna de hadas y ninfas, y bondad por bondad, quid pro quo, yo cada vez me hago más bueno. Además, el agradable día (aunque muy fresca mañana) inmaculadamente soleado, sin el más leve rastro de nubes, barridas por la fuerte brisa del noreste (vientos alisios, si estuviera en las paradisíacas Canarias), hace que me encuentre feliz en el paraíso de tierra adentro, mientras navego con mi imaginación por remotos y acogedores lares, haciendo singladuras por nada procelosos mares interiores.

Ayer por la tarde estuve viendo otra de las películas del ciclo de verano en versión original subtitulada, films estrenados hace varios meses, pero que, la mayoría, no llegaron a estrenarse en Burgos. Esta vez se trató de "Capitán Abu Raed" ("Captain Abu Raed"), de Amin Matalqa, y con Nadim Sawalha y Rana Sultan. Antes que nada, recomendaros encarecidamente esta película (ya en DVD), que me encantó.

Abu Raed, anciano operario de limpieza en la terminal del aeropuerto de Ammán (Jordania), buena gente, en el buen sentido del término bueno, que diría Antonio Machado, que se desvive por los demás, culto y que vive humildemente en un barrio pobre de la capital, que siempre ha querido viajar, pero que se conforma con lo viajado virtualmente por los libros y con lo que aprende de charlar con los viajeros de la terminal, encuentra en una papelera una vieja gorra de capitán de aeronave. Al aparecer con ella por su barrio, los niños le toman por capitán y le piden que les cuente historias de sus viajes por el mundo. Él les satisface contándoles fantásticas historias que les hacen viajar con la imaginación. Uno de ellos, resentido y vapuleado por la vida, desconfía y trata de apagar el rayo de esperanza que las historias aportan a los otros niños tratando de demostrarles que no es un auténtico capitán. Además, Abu Raed entabla una amistosa relación con una hermosa y joven capitana de aeronave, mujer decidida e independiente, aunque abrumada por sus propios problemas.

Una agradable y tierna historia, sencilla y natural, sobre un hombre fundamentalmente bueno, sobre libros, cultura, viajes con la imaginación, simbólicas gorras de esperanza, sobre la amistad y el perdón, y sobre que de sueños también se vive, sueños en los que lo que es cierto y lo que es mentira deja de tener importancia. Una delicia que, vuelvo a repetir, os recomiendo.

Ahora, cual buen capitán, os dirijo hacia la sabiduría ajena, que tal vez nos haga mejores:

- "La modestia sola es capaz de desarmar la envidia, que por lo común hace a los hombres tan injustos". (Anónimo).

- "La falsa modestia es la más decente de todas las mentiras". (Anónimo).

- "Hombres modestos, vosotros prestáis suavidad y encanto a la vida. Pensáis que nada poseéis, y yo os aseguro que lo tenéis todo. Creéis que no humilláis a nadie, y en verdad humilláis a todos, principalmente a los soberbios". (Montesquieu).

- "¿Quieres ser feliz por un instante? ¡Véngate! ... ¿Quieres ser feliz para siempre? ¡Perdona!". (Tertuliano).

- "La dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin". (Guy de Maupassant).

- "Espera, que sólo el que espera vive. Pero teme el día en que se te conviertan en recuerdo las esperanzas". (Miguel de Unamuno).

- "Sacrifícate sin esperanzas de gloria ni recompensa. Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Solo así podrá cumplirse tu peculiar destino". (Ludwig van Beethoven).

- "Sobre todo sé bueno: la bondad, más que ninguna otra cosa, es lo que mejor desarma a los hombres". (Henri Lacordaire).

- "Haced el bien a vuestros amigos y enemigos, porque así conservaréis los unos y os será posible atraer a los otros". (Cleóbulo).

Besos y abrazos,

Don.
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