¡Buenos días!
El verano que ya se fue, o eso parecía y debería haberse ido ya, sigue tirando sus fuegos artificiales a base de volvernos a recordar sus pasadas calorinas, aunque algo atenuadas. 27ºC de máxima prevista por los madriles para hoy, con sol a raudales que nos iluminará a todos por igual, salvo que nos escondamos en la caverna, en lo más hondo de ella. Pues sin disimulo, con luz y taquígrafos, vuelvo a otro de mis matutinos, tan igual, tan distinto a los otros habidos y por haber, al que trataré de escribir, si se deja, con sentencias más o menos ordenadas que, gracias a los datos que le aporto, y viceversa, nos permitan a ambos tratar de llegar a una solución unívocamente determinada, la que sea, más o menos justa, o no, que tampoco necesitamos de arbitrio en nuestros apenas inexistentes desencuentros.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Justicia artificial" (2024), de Simón Casal, y con Verónica Echegui, Alberto Ammann, Tamar Novas, y Alba Galocha. Segundo largo, y primero que veo, de este director.
En un futuro cercano, la presidenta del gobierno español anuncia la convocatoria de un referéndum para aprobar (o no) la implantación de un sistema de inteligencia artificial para automatizar y despolitizar las sentencias judiciales, librándolas de los prejuicios de sus ejecutores, sustituyendo de facto a los jueces y magistrados en los tribunales por un algoritmo. Una prestigiosa magistrada es invitada a participar en el proyecto, ya casi culminado, pero la repentina desaparición de la creadora de ese sistema informático la pone en alerta ante la posibilidad de una conspiración para tratar de controlar la justicia de todo un país por parte de una multinacional.
Muy buena película (nota: 7), entretenida y que da qué pensar, esta historia de suspense e intriga político-judicial con sus giros de tuerca, a pesar de alguna debilidad de guion que otra que enturbiaba su desarrollo. Tiene una estupenda factura visual, fría y aséptica, que le proporciona la atmósfera adecuada a la trama. Se abordan temas actuales, sobre los que se reflexiona, tales como la justicia humana actual (y su necesaria reforma que la actualice) y la futurible artificial, con sus respectivos pros y contras... dilemas morales que generan debate, sin respuesta clara pero que generan más preguntas. Muy recomendable, por tanto, por todo esto.
Bueno, pues es justo y necesario que, sin artificios, sin más, os deje ahí estas citas de sabiduría ajena (la última un compendio de ellas) para que vosotros elaboréis vuestro propio juicio:
- "La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios". (Johann W. Goethe).
- "La pasión del público por la justicia me resulta aburrida y artificial, porque ni a la vida ni a la naturaleza les importa que se haga o no justicia". (Patricia Highsmith).
- "Me preocupa más la estupidez humana que la inteligencia artificial [...] En Inteligencia Artificial (IA) todavía no tenemos nada que merezca el calificativo de inteligente [...] Estos modelos son tan complejos que pueden compararse a las cajas negras: no sabemos cómo obtienen sus conclusiones, no sabemos cómo funcionan cuando funcionan ni por qué fallan cuando fallan [...] Las máquinas han demostrado ser más eficientes en algunos aspectos, pero los humanos somos imbatibles en relaciones sociales, creatividad, adaptación a situaciones no previstas, en manipulación diestra... [...] Los algoritmos de IA no son neutrales, aunque se cree que toman decisiones objetivas, racionales y correctas, pero no es cierto y hay que tener mucho cuidado con esto [...]". (Ramón López de Mántaras).
Besos y abrazos,
Don.
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